Al final todos acabaremos sumisos ante la oscuridad. ¡Corre! Corre y cree que nunca llegará a ti. Puedes seguir engañándote. Puedes lograr encender pequeñas chispas, pero solo te harán saber la gran inmensidad a la que te expones. No hay salida posible. Todo son sombras, falsas ilusiones.
Entonces te preguntarás por qué estás aquí. Y es porque ha llegado el momento.
El momento en el que te encuentre.
Acano de descubrir tu blog, lo iré leyendo a ratitos, si todos los posts están al nivel de éste :) Me has evocado bastantes cosas en unas pocas líneas, y todas bastante inquietantes. Por supuesto, las sombras en la caverna de Platón, la falsas ilusiones, el cosmos horatós de las pálidos reflejos de la realidad. Los matemáticos nos preocupamos mucho por estas cuestiones, ya te contaré por qué si tienes interés en ello...
ResponderEliminarLuego la oscuridad, tratada así, suena más a Stephen King, el vampiro Barlow seduciendo por Salem's lot o los chavales perdidos en las alcantarillas de Derry, dirigiéndose hacia un monstruo del que sólo conocen, otra vez, pálidos reflejos. El gran terror al que se exponen. Al que nos exponemos, todos, en algún momento.
Y "El momento en el que te encuentre", el día elegido, trae a la cabeza palabras en élfico, "Utúlie'n aurë! Aiya Eldalië ar Atanatári, utúlie'n aurë!". Como fan de las traducciones encontrarás placer buscando en Internet qué significa ;) Esto no lo encontrarás en el Señor de los Anillos, sino en el Silmarillion, que para mi gusto contiene las mejores páginas de Tolkien. En este caso, el enfrentamiento fatal con el Señor Oscuro, del cual Sauron era sólo un sirviente.
Así que nada, sólo decirte que ya ves que tu texto me ha resultado muy sugestivo, y que no dejes de escribir :) Back to work, nos tuiteamos.
Ramón J.