jueves, 5 de abril de 2012

Bondad o malicia

"Qué niña mas buena" "Tienes voz de ser buena chica" "Si, es muy buena"

Bondad, bondad, bondad. Es algo que siempre parecía acompañarme. No solía tener ninguna opinión al respeto. Nunca hacía nada que pudiese dañar a otras personas, me guardaba mis comentarios, mis actos, mis pensamientos y mis sentimientos. Me dejaba arrastrar por lo deseos de otras personas, por sus caprichos. ¿Qué importaban los míos? Lo más importante es el bienestar de otras personas, por delante del mio propio. Por supuesto.
¿Qué hago hablando en pasado? Lo sigo haciendo. Pero hoy no tengo ganas de callarme. Hoy tengo ganas de hacer llegar lo que siento. El vacío del que estoy llena.


No sé si empezar nombrando lo sensible o lo insegura que soy. Empezaré mejor diciendo que siento un gran vacío por parte de la gente que cuesta mucho llenar. Se llena con pequeñas muestras de cariño e importancia. Y se vacían muy fácilmente con indiferencia y actos que afectan a mi prácticamente nula seguridad en mí misma. Verdaderamente no hace falta ser un genio para darse cuenta de esto. No hace falta conocerme mucho para que estas muestras de personalidad salgan a la luz.
Con lo poco que se me puede ofrecer para ser feliz solo puedo pensar que quien realiza los actos anteriormente nombrados los hace intencionadamente para hacerme daño.

¿Debería ahora callarme? Si, no puedo hacer daño a la gente. Pero ella tiene todo el derecho a hacerme daño a mí. Cometo todo el rato errores que son juzgados como muestra de lo poco que valgo. Al parecer en este mundo no se considera lo que yo siento, o no tiene importancia.

Cinco minutos de lágrimas no es lo mismo que una hora de estas. Pero yo no intento ganar nada con ellas, tampoco quiero usarlas como escudo. Que no se vean no significa que no existan. Que sonría no significa que mi alma no esté sangrando por dentro. Igualmente no cambiarían nada, lo que yo sienta no es valorado como algo de importancia.

Ahora de nuevo la indiferencia. Esa que me ha estado persiguiendo siempre. La de desconocidos no me importa. La de aquellos que estoy intentando conocer me importa bastante. La de mis amigos se siente como puñaladas. La de mis mejores amigos es indescriptible. Una aproximación... no sé si puede existir. Solo sé lo mucho que duele. Y que duramente puedo olvidarlo o vivir con ello.

Cosas de importancia. Cada día estas situaciones me llevan a pensar que yo no soy una de ellas. Cada vez más me siento como una carga innecesaria en la vida de los demás. Cada día más desearía desaparecer y dejar a los demás ser felices y libres.

¿Qué es para mí la soledad? Bueno, algo con lo que siempre he tenido que lidiar. Desde pequeña cuando era una niña tímida y solitaria. Desde más mayor siendo alguien a quien la gente no soportaba. Podría relacionar la soledad con el rechazo. Y el rechazo con mi inseguridad. Y mi inseguridad con lo poco que creo valer.
Existen más tipos de soledad en mí. Son los que llevo viviendo hace casi nueve años. Se llaman " hay alguien que podría estar contigo pero prefiere no hacerlo". Son los que a veces me ofrece mi familia, los que me ofrecieron la gente de Teruel y los que últimamente empiezo a sentir en otros contextos. Vaya, pensé que habían desaparecido. En fin, es mi destino. No puedo huir de ello sin más. No puedo deshacerme de algo que siempre ha estado viviendo conmigo.

¿Voy a mentir ahora? Diré cómo me siento. Débil, insegura, innecesaria, mala persona, odiada, peor que nada. Y creo merecérmelo todo. Si no valiese tan poco la gente no me daría estos tratos. Hay gente a mi alrededor que no los recibe, en cambio yo sí. Entonces, me lo merezco. Iré recibiendo poco a poco todo lo malo que me vayáis dando, porque vosotros así me hacéis ver el lugar al que pertenezco y de donde nunca debo salir. Ié recibiéndolo porque la felicidad es algo que no me merezco y algo que no debo mancillar. Sé que el destino me irá manteniendo a raya.
A todos aquellos que intentáis ayudarme, solo me queda agradecérselo. Por todo el esfuerzo. No sé hasta cuando podré soportar todo, pero sé que el día en el que todo acabe seré feliz y libre. Espero entonces no tener que derramar más lágrimas.

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