Todo empezó hace cuatro años. Yo tenía 14 e iba a 3º de la ESO. Ese año volvimos a cambiar de compañeros y empecé a salir con Mary. Al principio era la típica relación superficial, pero acabé formando parte de su vida al igual que ella de la mía.
Y así empecé a frecuentar a su gente. Especialmente me fijé en una chica que no me cayó nada bien. Podemos llamarla X. Cada vez que X salía yo prefería no ir. Parecía caerle mal, y encima no me respetaba, ya que no eran españolas tenían su lengua materna en común. Mary hablaba conmigo en español, pero X solo se dirigía a Mary en su lengua materna, haciendo imposible que yo puediese participar y haciéndome sentir fuera de lugar.
Pero no todo siguió así. Con el tiempo decidimos darnos una oportunidad y fuimos abriéndonos. Empezamos a salir las tres juntas, aunque esto solo ocurría cuando Mary así lo disponía. Yo y X nos llevabámos bien,pero no lo suficiente para salir solas y aún había mucha desconfianza.
Por aquel entonces yo tenía bastante relación con Y, prima de X. Un día fui a su casa y hablamos sobre Mary, sobre sus complejos y sus miedos. No era un tema fácil, las dos dijimos muchas cosas, lo que nos colocó a las dos en la misma posición.
Pero ella decidió jugar, por lo que le dijo todo lo que yo le había dicho a su prima,X, que fue corriendo a contárselo a Mary. Hablé con Mary, le pedí perdón y me arrepentí. X e Y tomaron sin embargo otra postura. Se pusieron totalmente en mi contra e hicieron elegir a Mary entre ellas y yo. Me eligió a mí.
Empezamos 4º de la ESO. Perdí el contacto entre X e Y, aunque coincidimos con Y en la misma clase. Mary y ella empezaron a hablar y arreglaron sus diferencias. Yo lo toleré pero me mantuve en mi posición, después de lo que me había hecho no quería tener nada que ver con ella. El tiempo fue pasando, hasta que un día X se puso en contacto conmigo. Me pedía perdón por haberme juzgado tan pronto y quería hacer las paces conmigo. Dejé mi rencor de lado y las tres volvimos a ser amigas.
Todo volvió como al principio. Las tres salíamos, pero nuestra relación giraba siempre en torno a Mary.
Un día en clase Mary me dio una carta. “¿Es tuya?” le dije. Ella me lo afirmó, por lo que la abrí. En ella Y me pedía perdón y quería que volviésemos a ser amigas. Me levanté y la tiré a la basura. No lo entendía, ¿por qué quería ella esto? ¿Conveniencia? Aún guardaba rencor, pero la carta me hizo recapacitar, hasta que de nuevo la benevolencia pudo conmigo y acabé perdonándola.
Ahora todo parecía ir bien, todas estábamos en paz de nuevo, aunque algunas cosas fueran solo en apariencia. X y yo empezamos poco a poco a salir solas, conociéndonos más.
Al fin del curso todo dió un giro. Mary nos anunció que se iba de vuelta. En ese momento parecía muy seguro, nos acercamos todas un poco más y nuestras emociones salieron a flote. Finalmente resultó que solo se iba de vacaciones. Un verano por delante sin ella, solo con la compañía de X. Pero ahora parecíamos llevarnos mucho mejor.
Cuando acabamos las clases nuestros caminos parecían separarse. Yo quería hacer el Bachillerato de Arte. Me apasionaba dibujar y pintar, en los típicos tests me salía todo favorable a mi decisión y eso me empujó aún más . Eso significaba que yo haría el bachillerato artístico y Mary el de Sociales. X planeaba hacer también el de Sociales, por lo que Mary y ella estarían juntas en clase.
Pero no todo ocurrió como planeó. En el instituto al que X quería ir le pedían las notas, y ella que había ido a la recuperación no las tenía, por lo que no podría matricularse a tiempo, y las plazas eran muy escasas. Un día quedamos para ir a matricularnos, las dos juntas, cada una a lo suyo, pero X, en un ataque de rabia ante la imposibilidad de poder hacer el bachiller que quería se matriculó también en la Ecuela de Arte. Por una lado me alegraba poder tenerla conmigo, pero por otro sabía que no era lo que quería ni lo más apropiado para ella, por lo que no podría salir bien.
Decidimos irnos a mi pueblo. En principio era un plan enfocado a las tres, pero ya que Mary no podía estar presente lo hicimos las dos solas. Eso nos acercó mucho más si cabe, y empezamos incluso a escribir una novela conjuntamente.
Parecí encontrar entonces a la amiga perfecta. Asemejaba comprenderme en todo, estaba dispuesta a escucharme, no tenía miedo de enseñarme lo que sentía y nos ayudábamos mutuamente en todo lo que podíamos. Nuestra confianza en nosotras creció tanto en tan poco tiempo que parecía algo irreal, pero ahí estaba. Era como si la conociese de toda la vida, y eso que hacía unos meses la aborrecía.
Volvimos de mi pueblo. Ya teníamos proyectos en mente, aparte de estar todos los días juntas. Piscina, parque, monte,río, estar juntas en casa...Y cuando llegaba la noche, internet o teléfono. No había ni un día en el que no nos mantuviésemos en contacto, no había nada que hiciese una que no supiese la otra.
Cuando finalizó el verano era ya como si fuésemos hermanas. Así ella me consideraba, y su padre incluso me denominaba así. Mary volvió, pero ya no era igual. La complicidad entre X y yo era demasiado fuerte.
Empezamos las clases. Yo tenía en mente que ya no necesitaba nada más, ya tenía a mi mejor amiga de mi lado, y por lo tanto nada podría ir mal. Formamos una burbuja donde solo dejamos entrar a dos chicas más. Una de ellas fue Polish.
No sé que pudo con nosotras pero empezamos a salirnos de contexto. Nada parecía importarnos, empezamos a actuar sin pensar hasta que las consecuencias empezaron a venir. Nos solo nos aislamos de toda la clase, también empezamos a querer diferenciarnos de ese grupo. Al final todo explotó, y empezó la guerra entre ambos bandos. Podría decirse que éramos Polish, X y yo contra todos. La otra chica decidió mantenerse al margen. A parte de nosotras, otra chica decidió unirse.
Llegaron las cenas de la 2º evaluación. Para entonces ya nos habíamos insultado indirectamente y ofendido entre ambos lados. Nosotras usábamos esos insultos para autodenominarnos. Esa noche montamos un poco más de follón, pero eso nos sirvió para tener el mote definitivo “FFF” que vendría a ser furcias, frikis y feas, que era lo que nos iban llamando a lo largo de este periodo. La relación con los compañeros se suavizó cuando el primer curso acabó, ya que Polish y yo hablamos con todo el conjunto, aunque en segundo continuaron habiendo tensiones y nunca llegamos a llevarnos bien, pero eso es otra historia.
La clase la tomó sobre todo con X. Incluso llegaron a subir una foto para meterse con ella. En vez de actuar de un modo apropiado se metió en la conversación, metiendo cizaña. Quise ayudarla, pero me lo negó de una forma muy rotunda. Parecía disfrutar cargándolo todo.
Desde nunca nuestra amistad había sido algo fácil. Las dos teníamos problemas, que sabíamos y compartíamos. La tensión que había en su familia finalmente había estallado, pero ella nunca reconoció que le afectaba. Simplemente parecía darle igual, seguía haciendo las mismas cosas e incluso afirmaba sentirse mucho mejor entonces. No vi motivos para no creeerla, ella me lo contaba todo y me lo confiaba todo, por lo que aunque a veces lo dudé, acabé creyéndola.
Respecto al transcurso, las cosas eran diferentes entre ambas. Filosofía y dibujo técnico fueron las que más costaban. Conseguimos aprobar finalmente filosofía y yo pasé dibujo técnico. Ella prometió estudiar en verano para aprobarlo. En las demás cosas iba justa, pero tampoco pretendía hacer nada para mejorarlo.
A lo largo de este año empecé a notar cómo cambiaba. En primer lugar, discutió con Mary por una estupidez, lo que le costó su amistad, que a día de hoy sigue sin arreglarse, todo por orgullo. En segundo lugar, supongo que fue la envidia lo que la movió, les contó a sus tíos, los padres de Y, todas las cosas que hacía Y,su prima. Les contó que fumaba, que decía ir a dormir a casa de una amiga y salía por ahí de fiesta...parece una tontería pero hace un par de años, y siendo los padres de Y tan conservadores, fue un duro golpe para Y, que quedó destrozada. Me coloqué en una posición neutral, pero verdaderamente me impactó lo que fue capaz de hacer a alguien de su propia familia, aunque más tarde se arrepintiese. En tercer lugar...vivía delante de una pantalla la mayor parte del día. Empezó a parar de salir por estar conectada con metroflog, tuenti.. y posteriormente el twitter. Si sabéis el tiempo que paso yo, puedo decir con completa seguridad que ella pasaba más del triple del tiempo que yo delante del ordenador. Siempre que iba a su casa era como si fuese un mueble. Al principio se cortaba, o intentaba incluirme. Luego se cansó y empezó a ignorar completamente mi presencia. Hablé con ella, más de una vez. Yo era su amiga real, y la gente que había en el ordenador era gente virtual que difícilmente conocería, que tal vez un día se cansase de ellos, o ellos de ella y se perdería, pero ella ignoraba mis palabras, se enfadaba y continuaba. En cuarto lugar, ignoraba completamente su obligación, que era la de estudiar. Prefería dedicar su tiempo a otras cosas, ya mencionadas.
El curso acabó. Ella se fue de vacaciones, el verano completo, a su país. Yo me quedé en Teruel, aunque fui dos semanas a Santiago.
Ya que mi mundo se había reducido a X, pasé prácticamente el verano sola, esperando su regreso y hablando con ella a través de internet. Tras los últimos acontecimientos yo la necesitaba, pero no estaba. El único consejo que me dio fue uno que muy posteriormente descubrí que no pensaba.
Tras la vuelta a clase, se acercaba nuestro último año juntas. Mi idea en un principio era ir de vuelta a Galicia. Dudaba entre Historia del Arte en Santiago o Bellas Artes en Vigo. Ella quería filología inglesa. Rápidamente me di cuenta de que no podría llevar a cabo mis planes, por lo que una idea se asomó por mi mente. Parecía imposible, pero igualmente la sugerí. Se trataba de ir a estudiar y vivir las tres juntas(X,Polish y yo) a Zaragoza. Ellas estuvieron de acuerdo. Era una idea que empezó a obsesionarnos, incluso.
X y yo empezamos un cursillo sobre edición de imágenes. Teníamos toda la mañana ocupada, y después cinco horas más de cursillo por la tarde, durante tres meses. Tras acabar el cursillo, ya por la noche, volvía a casa y hacía los deberes, aparte de estudiar. Tenía una idea en mente y haría todo lo que cupiese en mi mano para conseguirlo.
Ella en cambio no se lo tomó tan en serio. Aparte de faltar a algunas clases, aunque luego mentía firmando como si hubiese estado allí, pasaba de estudiar y se pasaba las tardes delante de la pantalla. El final de la evaluación llegaba, y con ella los supensos. Le ayudaba en todo lo que podía en los estudios y en su vida, y ella a cambio descargaba sus fracasos conmigo.
El fin de la primera evaluación llegó, y como era de esperar, los suspensos. Era un duro golpe para todas, pero prometimos esforzarnos más.
Recuerdo una tarde cercana a las navidades. Fuimos a una tienda de regalos, y yo quedé maravillada por un Doraemon gigante. Ya tenía uno pequeñio, regalado por ella también, pero aquel me maravilló. "¡Regálamelo!" me acuerdo que dije, aunque ella me respondió con una gran negativa. Para su regalo yo quería algo especial. Algo único que nadie más pudiese darle o pudiese tener. Compré un lienzo y me puse a trabajar en ello, en una de sus fotos favoritas en la que estábamos juntas. No recuerdo cuánto me costó. Sé que fue un proceso lento primero con lápiz, intentando que todas las líneas quedasen perfectas. Perfectas como nuestra amistad. Recuerdo luego pintar con témperas cada detalle y posteriormente pintar el fondo en rojo, su color favorito, y aplicar purpurina por él. Cuando lo acabé escribí por el revés lo mucho que significaba nuestra amistad para mí y lo mucho que la quería. Fue algo en lo que volqué todo lo que podía hacer, algo único, y me sentía profundamente orgullosa de ese regalo.
Las fechas señaladas llegaron. Ella me regaló el Doraemon que tanto me había ilusionado. Yo le di el lienzo que tanto me había costado, que colgó inmediatamente en su habitación. Aquellas navidades las pasamos juntas como era ya nuestra costumbre. Siempre solo nosotras, no necesitábamos más.
El tiempo siguió pasando y volvimos a clase tras navidad. Pero todo continuaba igual. Ella seguía teniendo sus problemas, que la arrastraban a cualquier lugar. Lo peor es que no quería afrontarlos, se escondía tras una pantalla intentando ignorar lo que le decía el mundo. Era mi mejor amiga y no podía ver eso. Su situación me arrastró a mí, y acabé viviendo lo mismo que ella. Sentía el dolor y la impotencia de no poder ayudarla, de que no me dejase, de no lograrlo, de que todo siguiese igual. Me comía la cabeza todos los días con sus problemas, los míos y todo lo que me iba llegando. Tenía tanta presión que ya no sabía qué hacer. La gente a mi alrededor intentaba tranquilizarme, hacerme ver que no era mi problema, pero yo seguía sintiéndolo como si fuese mío.
Mi relación con Polish mejoró. Ante las negativas de X de salir, empezamos a salir nosotras dos solas, y fui viendo lo mucho que tenía, su alegría me contagiaba y sus ánimos por hacer cualquier cosa eran admirables. Era asombrosamente semejante a mí.
En clase todo parecía ir bien, al menos para Polish y para mí. En cambio X no venía a clase, no hacía los trabajos, se ausentaba durante exámenes importantes...Recuerdo claramente la tarde en la que incluso llegué a hacerle un trabajo de diseño.
Nueve faltas al mes. Ese era el límite. Ella llegó a tener muchas más, durante más de tres meses, lo que le hizo perder la evaluación continua. Podía seguir viniendo a clase y aprobar al final, cosa que dijo que haría.
Entonces, de un día tras otro, ocurrió todo. Fui un día a clase, donde no la encontré. Una compañera de clase a la que las dos estábamos(podría decirse) unidas, me dijo que ya no iba a venir más. Todo se me nubló. "¡¿Qué?! No" me dije. Teníamos una promesa, teníamos un sueño. ¿Pensaba rendirse sin luchar siquiera? ¿Después de todo lo que habíamos pasado? Me negué a admitirlo y en el recreo fuimos a su casa, que estaba relativamente cerca.
-¿Por qué te vas?
-Porque ya no puedo más.
-¿Por qué ni siquiera me lo dijiste? ¿Por qué fui la última en enterarme?
+Porque ya sabía lo que ibas a decir.
Me quedé sin palabras. Echaba todo lo que habíamos creado a la basura. Yo tenía claro que quería ir a la universidad, no me iba a quedar aquí un año más por capricho suyo. Y ella era mi mejor amiga, no podía dejarla atrás. Las dos queríamos irnos, vivir juntas, ¿por qué estaba haciendo esto? ¿cómo lo íbamos a conseguir si no?
Mi mente pasaba de un estado a otro. Tenía ganas de gritarle y llorar, pero no lo hice. En lugar de eso, me callé. Tomé una decisión. En esos momentos no tenía nada bueno que decirle, por lo que no dije nada. Cuando estuviese preparada, cuando llegase el momento en el que pudiese hablarle sin echarle nada en cara, lo haría. Pero no entonces. Sabía que si hablaba con ella no sería para decirle nada bueno.
Y así lo hice. Ella, sin embargo, tomó ese silencio como un ataque. Fue cuando pude ver su verdadera cara. Empezó a atacarnos vía tuenti, vía twitter, Polish incluida en esos ataques. En ellos se podían ver claramente sus pensamientos, lo que de verdad opinaba sobre nosotras. Nos llamaba malas amigas, por no comprenderla. Bueno, en realidad nos recriminaba no pensar como ella y no pensar que su decisión de dejar las clases era lo mejor para ella.
Al final respodí a sus acusaciones diciéndole que yo tenía mi propia manera de pensar, y que no, no me parecía buena decisión, y le comenté además que ahora mismo no estaba en condiciones de poder hablarle. Ella siguió atacando, hasta el punto de enviarme un mensaje privado que me hizo reconsiderar seriamente si pasar por todo lo que había pasado y seguir pasando por más, valía la pena.
"23 Mar 2011, 15:44
estoy hasta los cojones de todo.... ya no agunato,, si kieres entenedrme vale y si no tamb... ya no voy a llorar, y ano voy a preocuparme x nada y x nadie, me da igual ke me convierta en una gilipollas oslitaria y ano paso ninguna,,, ya no kiero internet EESTOY HATS LOS PUTOS COJONES DE TODA LA GENTE QUE TODOS ME HACEN DAÑO”
No pude aguantar más la presión. ¿Por qué ahora me ataca de esa manera? ¿Se creía que estaba resultando fácil para mí? Si de verdad quería estar sola , no sería yo la que la retuviese. Ya estaba demasiado cansada para pedir perdón como otras veces, de seguir haciendo lo que ella quisiese, de que me siguiese manejando.
Tras unos mensajes privados más, en los que me seguía atacando y haciéndose la víctima, decidí borrarla del tuenti y bloquearla. No necesitaba que me enviase más mensajes ni ver sus estados en los que parecía que le habían tratado muy mal. Además de eso, movida por la rabia, borré todas las fotos que tenía con ella del tuenti. Realmente, muchas. Tras una temporada de calma, una compañera me dijo una mañana "X rompió tus fotos". "Bueno, yo también borré las suyas", contesté. "No, ella rompió las fotos impresas. Y lo subió al facebook". ¿De verdad? No podía creérmelo. ¿Había sido capaz de algo como eso? La compañera me lo enseñó en el recreo.
Cientos de fotos de las que antes estábamos tan orgullosas de tener impresas, estaban rotas en cientos de añicos. Al lado de toda esa montonada de papel roto se encontraba el lienzo, desgarrado también, las maderas rotas, desperdigadas por todas partes. En ese momento no pude decir nada, todo me resultaba un poco indiferente. Pero a la vez, justo en ese preciso instante, supe que nunca jamás volveríamos a ser amigas.
Ahora que ya pasó un año me replanteo que fue para mí. Por un lado me ayudó a desahogarme, era una persona a la que le podía decir cualquier cosa, aparentemente, la persona en la que más podía confiar.
Pero luego está el lado egoísta, hacer lo que ella quería cuando ella quería, querer tener siempre razón, pensar que todo lo que hace es correcto. El lado envidioso, el de intentar que todo lo que ella no tenía, no lo tuviese yo. El de querer todo lo que yo tenía. El de meterse con las cosas importantes para mí, el de reírse de mí, el de destruirme poco a poco.
En el fondo todo lo que pudo darme bueno, se queda en nada con todo lo malo que al final me dio. Toda la confianza que le di se convirtió ahora en desconfianza hacia todo el mundo que me rodea, gente que puede ser digna de confianza. Todo ese cariño que le di se convirtió en dudar del cariño de la gente que me rodea. ¿No era yo su hermana? E igualmente le dio igual perderme. Entonces eso significa que a esta gente que está aquí conmigo tampoco le importaría mucho perderme. Inseguridad, dudas, odio, dudar de cualquier proyecto de futuro... al final todo eso fue lo que me quedó de esos años. Me alegro de haber tomado la decisión de seguir sin ella. Es cierto que a veces me siento mal y me duele no haber podido ayudarla, pero para que te rescaten, debes tener la voluntad de ser salvado.
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