lunes, 26 de marzo de 2012

Llámala X y deja que su recuerdo se pierda

Todo empezó hace cuatro años. Yo tenía 14 e iba a 3º de la ESO. Ese año volvimos a cambiar de compañeros y empecé a salir con Mary. Al principio era la típica relación superficial, pero acabé formando parte de su vida al igual que ella de la mía.
Y así empecé a frecuentar a su gente. Especialmente me fijé en una chica que no me cayó nada bien. Podemos llamarla X. Cada vez que X salía yo prefería no ir. Parecía caerle mal, y encima no me respetaba, ya que no eran españolas tenían su lengua materna en común. Mary hablaba conmigo en español, pero X solo se dirigía a Mary en su lengua materna, haciendo imposible que yo puediese participar y haciéndome sentir fuera de lugar.

Pero no todo siguió así. Con el tiempo decidimos darnos una oportunidad y fuimos abriéndonos. Empezamos a salir las tres juntas, aunque esto solo ocurría cuando Mary así lo disponía. Yo y X nos llevabámos bien,pero no lo suficiente para salir solas y aún había mucha desconfianza.
Por aquel entonces yo tenía bastante relación con Y, prima de X. Un día fui a su casa y hablamos sobre Mary, sobre sus complejos y sus miedos. No era un tema fácil, las dos dijimos muchas cosas, lo que nos colocó a las dos en la misma posición.
Pero ella decidió jugar, por lo que le dijo todo lo que yo le había dicho a su prima,X, que fue corriendo a contárselo a Mary. Hablé con Mary, le pedí perdón y me arrepentí. X e Y tomaron sin embargo otra postura. Se pusieron totalmente en mi contra e hicieron elegir a Mary entre ellas y yo. Me eligió a mí.
Empezamos 4º de la ESO. Perdí el contacto entre X e Y, aunque coincidimos con Y en la misma clase. Mary y ella empezaron a hablar y arreglaron sus diferencias. Yo lo toleré pero me mantuve en mi posición, después de lo que me había hecho no quería tener nada que ver con ella. El tiempo fue pasando, hasta que un día X se puso en contacto conmigo. Me pedía perdón por haberme juzgado tan pronto y quería hacer las paces conmigo. Dejé mi rencor de lado y las tres volvimos a ser amigas.
Todo volvió como al principio. Las tres salíamos, pero nuestra relación giraba siempre en torno a Mary.
Un día en clase Mary me dio una carta. “¿Es tuya?” le dije. Ella me lo afirmó, por lo que la abrí. En ella Y me pedía perdón y quería que volviésemos a ser amigas. Me levanté y la tiré a la basura. No lo entendía, ¿por qué quería ella esto? ¿Conveniencia? Aún guardaba rencor, pero la carta me hizo recapacitar, hasta que de nuevo la benevolencia pudo conmigo y acabé perdonándola.
Ahora todo parecía ir bien, todas estábamos en paz de nuevo, aunque algunas cosas fueran solo en apariencia. X y yo empezamos poco a poco a salir solas, conociéndonos más.

Al fin del curso todo dió un giro. Mary nos anunció que se iba de vuelta. En ese momento parecía muy seguro, nos acercamos todas un poco más y nuestras emociones salieron a flote. Finalmente resultó que solo se iba de vacaciones. Un verano por delante sin ella, solo con la compañía de X. Pero ahora parecíamos llevarnos mucho mejor.
Cuando acabamos las clases nuestros caminos parecían separarse. Yo quería hacer el Bachillerato de Arte. Me apasionaba dibujar y pintar, en los típicos tests me salía todo favorable a mi decisión y eso me empujó aún más . Eso significaba que yo haría el bachillerato artístico y Mary el de Sociales. X planeaba hacer también el de Sociales, por lo que Mary y ella estarían juntas en clase.
Pero no todo ocurrió como planeó. En el instituto al que X quería ir le pedían las notas, y ella que había ido a la recuperación no las tenía, por lo que no podría matricularse a tiempo, y las plazas eran muy escasas. Un día quedamos para ir a matricularnos, las dos juntas, cada una a lo suyo, pero X, en un ataque de rabia ante la imposibilidad de poder hacer el bachiller que quería se matriculó también en la Ecuela de Arte. Por una lado me alegraba poder tenerla conmigo, pero por otro sabía que no era lo que quería ni lo más apropiado para ella, por lo que no podría salir bien.




Decidimos irnos a mi pueblo. En principio era un plan enfocado a las tres, pero ya que Mary no podía estar presente lo hicimos las dos solas. Eso nos acercó mucho más si cabe, y empezamos incluso a escribir una novela conjuntamente.
Parecí encontrar entonces a la amiga perfecta. Asemejaba comprenderme en todo, estaba dispuesta a escucharme, no tenía miedo de enseñarme lo que sentía y nos ayudábamos mutuamente en todo lo que podíamos. Nuestra confianza en nosotras creció tanto en tan poco tiempo que parecía algo irreal, pero ahí estaba. Era como si la conociese de toda la vida, y eso que hacía unos meses la aborrecía.
Volvimos de mi pueblo. Ya teníamos proyectos en mente, aparte de estar todos los días juntas. Piscina, parque, monte,río, estar juntas en casa...Y cuando llegaba la noche, internet o teléfono. No había ni un día en el que no nos mantuviésemos en contacto, no había nada que hiciese una que no supiese la otra.

Cuando finalizó el verano era ya como si fuésemos hermanas. Así ella me consideraba, y su padre incluso me denominaba así. Mary volvió, pero ya no era igual. La complicidad entre X y yo era demasiado fuerte.

Empezamos las clases. Yo tenía en mente que ya no necesitaba nada más, ya tenía a mi mejor amiga de mi lado, y por lo tanto nada podría ir mal. Formamos una burbuja donde solo dejamos entrar a dos chicas más. Una de ellas fue Polish.

No sé que pudo con nosotras pero empezamos a salirnos de contexto. Nada parecía importarnos, empezamos a actuar sin pensar hasta que las consecuencias empezaron a venir. Nos solo nos aislamos de toda la clase, también empezamos a querer diferenciarnos de ese grupo. Al final todo explotó, y empezó la guerra entre ambos bandos. Podría decirse que éramos Polish, X y yo contra todos. La otra chica decidió mantenerse al margen. A parte de nosotras, otra chica decidió unirse.

Llegaron las cenas de la 2º evaluación. Para entonces ya nos habíamos insultado indirectamente y ofendido entre ambos lados. Nosotras usábamos esos insultos para autodenominarnos. Esa noche montamos un poco más de follón, pero eso nos sirvió para tener el mote definitivo “FFF” que vendría a ser furcias, frikis y feas, que era lo que nos iban llamando a lo largo de este periodo. La relación con los compañeros se suavizó cuando el primer curso acabó, ya que Polish y yo hablamos con todo el conjunto, aunque en segundo continuaron habiendo tensiones y nunca llegamos a llevarnos bien, pero eso es otra historia.

La clase la tomó sobre todo con X. Incluso llegaron a subir una foto para meterse con ella. En vez de actuar de un modo apropiado se metió en la conversación, metiendo cizaña. Quise ayudarla, pero me lo negó de una forma muy rotunda. Parecía disfrutar cargándolo todo.

Desde nunca nuestra amistad había sido algo fácil. Las dos teníamos problemas, que sabíamos y compartíamos. La tensión que había en su familia finalmente había estallado, pero ella nunca reconoció que le afectaba. Simplemente parecía darle igual, seguía haciendo las mismas cosas e incluso afirmaba sentirse mucho mejor entonces. No vi motivos para no creeerla, ella me lo contaba todo y me lo confiaba todo, por lo que aunque a veces lo dudé, acabé creyéndola.

Respecto al transcurso, las cosas eran diferentes entre ambas. Filosofía y dibujo técnico fueron las que más costaban. Conseguimos aprobar finalmente filosofía y yo pasé dibujo técnico. Ella prometió estudiar en verano para aprobarlo. En las demás cosas iba justa, pero tampoco pretendía hacer nada para mejorarlo.

A lo largo de este año empecé a notar cómo cambiaba. En primer lugar, discutió con Mary por una estupidez, lo que le costó su amistad, que a día de hoy sigue sin arreglarse, todo por orgullo. En segundo lugar, supongo que fue la envidia lo que la movió, les contó a sus tíos, los padres de Y, todas las cosas que hacía Y,su prima. Les contó que fumaba, que decía ir a dormir a casa de una amiga y salía por ahí de fiesta...parece una tontería pero hace un par de años, y siendo los padres de Y tan conservadores, fue un duro golpe para Y, que quedó destrozada. Me coloqué en una posición neutral, pero verdaderamente me impactó lo que fue capaz de hacer a alguien de su propia familia, aunque más tarde se arrepintiese. En tercer lugar...vivía delante de una pantalla la mayor parte del día. Empezó a parar de salir por estar conectada con metroflog, tuenti.. y posteriormente el twitter. Si sabéis el tiempo que paso yo, puedo decir con completa seguridad que ella pasaba más del triple del tiempo que yo delante del ordenador. Siempre que iba a su casa era como si fuese un mueble. Al principio se cortaba, o intentaba incluirme. Luego se cansó y empezó a ignorar completamente mi presencia. Hablé con ella, más de una vez. Yo era su amiga real, y la gente que había en el ordenador era gente virtual que difícilmente conocería, que tal vez un día se cansase de ellos, o ellos de ella y se perdería, pero ella ignoraba mis palabras, se enfadaba y continuaba. En cuarto lugar, ignoraba completamente su obligación, que era la de estudiar. Prefería dedicar su tiempo a otras cosas, ya mencionadas.

El curso acabó. Ella se fue de vacaciones, el verano completo, a su país. Yo me quedé en Teruel, aunque fui dos semanas a Santiago.

Ya que mi mundo se había reducido a X, pasé prácticamente el verano sola, esperando su regreso y hablando con ella a través de internet. Tras los últimos acontecimientos yo la necesitaba, pero no estaba. El único consejo que me dio fue uno que muy posteriormente descubrí que no pensaba.

Tras la vuelta a clase, se acercaba nuestro último año juntas. Mi idea en un principio era ir de vuelta a Galicia. Dudaba entre Historia del Arte en Santiago o Bellas Artes en Vigo. Ella quería filología inglesa. Rápidamente me di cuenta de que no podría llevar a cabo mis planes, por lo que una idea se asomó por mi mente. Parecía imposible, pero igualmente la sugerí. Se trataba de ir a estudiar y vivir las tres juntas(X,Polish y yo) a Zaragoza. Ellas estuvieron de acuerdo. Era una idea que empezó a obsesionarnos, incluso.

X y yo empezamos un cursillo sobre edición de imágenes. Teníamos toda la mañana ocupada, y después cinco horas más de cursillo por la tarde, durante tres meses. Tras acabar el cursillo, ya por la noche, volvía a casa y hacía los deberes, aparte de estudiar. Tenía una idea en mente y haría todo lo que cupiese en mi mano para conseguirlo.
Ella en cambio no se lo tomó tan en serio. Aparte de faltar a algunas clases, aunque luego mentía firmando como si hubiese estado allí, pasaba de estudiar y se pasaba las tardes delante de la pantalla. El final de la evaluación llegaba, y con ella los supensos. Le ayudaba en todo lo que podía en los estudios y en su vida, y ella a cambio descargaba sus fracasos conmigo.
El fin de la primera evaluación llegó, y como era de esperar, los suspensos. Era un duro golpe para todas, pero prometimos esforzarnos más.
Recuerdo una tarde cercana a las navidades. Fuimos a una tienda de regalos, y yo quedé maravillada por un Doraemon gigante. Ya tenía uno pequeñio, regalado por ella también, pero aquel me maravilló. "¡Regálamelo!" me acuerdo que dije, aunque ella me respondió con una gran negativa. Para su regalo yo quería algo especial. Algo único que nadie más pudiese darle o pudiese tener. Compré un lienzo y me puse a trabajar en ello, en una de sus fotos favoritas en la que estábamos juntas. No recuerdo cuánto me costó. Sé que fue un proceso lento primero con lápiz, intentando que todas las líneas quedasen perfectas. Perfectas como nuestra amistad. Recuerdo luego pintar con témperas cada detalle y posteriormente pintar el fondo en rojo, su color favorito, y aplicar purpurina por él. Cuando lo acabé escribí por el revés lo mucho que significaba nuestra amistad para mí y lo mucho que la quería. Fue algo en lo que volqué todo lo que podía hacer, algo único, y me sentía profundamente orgullosa de ese regalo.
Las fechas señaladas llegaron. Ella me regaló el Doraemon que tanto me había ilusionado. Yo le di el lienzo que tanto me había costado, que colgó inmediatamente en su habitación. Aquellas navidades las pasamos juntas como era ya nuestra costumbre. Siempre solo nosotras, no necesitábamos más.

El tiempo siguió pasando y volvimos a clase tras navidad. Pero todo continuaba igual. Ella seguía teniendo sus problemas, que la arrastraban a cualquier lugar. Lo peor es que no quería afrontarlos, se escondía tras una pantalla intentando ignorar lo que le decía el mundo. Era mi mejor amiga y no podía ver eso. Su situación me arrastró a mí, y acabé viviendo lo mismo que ella. Sentía el dolor y la impotencia de no poder ayudarla, de que no me dejase, de no lograrlo, de que todo siguiese igual. Me comía la cabeza todos los días con sus problemas, los míos y todo lo que me iba llegando. Tenía tanta presión que ya no sabía qué hacer. La gente a mi alrededor intentaba tranquilizarme, hacerme ver que no era mi problema, pero yo seguía sintiéndolo como si fuese mío.
Mi relación con Polish mejoró. Ante las negativas de X de salir, empezamos a salir nosotras dos solas, y fui viendo lo mucho que tenía, su alegría me contagiaba y sus ánimos por hacer cualquier cosa eran admirables. Era asombrosamente semejante a mí.

En clase todo parecía ir bien, al menos para Polish y para mí. En cambio X no venía a clase, no hacía los trabajos, se ausentaba durante exámenes importantes...Recuerdo claramente la tarde en la que incluso llegué a hacerle un trabajo de diseño.

Nueve faltas al mes. Ese era el límite. Ella llegó a tener muchas más, durante más de tres meses, lo que le hizo perder la evaluación continua. Podía seguir viniendo a clase y aprobar al final, cosa que dijo que haría.

Entonces, de un día tras otro, ocurrió todo. Fui un día a clase, donde no la encontré. Una compañera de clase a la que las dos estábamos(podría decirse) unidas, me dijo que ya no iba a venir más. Todo se me nubló. "¡¿Qué?! No" me dije. Teníamos una promesa, teníamos un sueño. ¿Pensaba rendirse sin luchar siquiera? ¿Después de todo lo que habíamos pasado? Me negué a admitirlo y en el recreo fuimos a su casa, que estaba relativamente cerca.
-¿Por qué te vas?
-Porque ya no puedo más.
-¿Por qué ni siquiera me lo dijiste? ¿Por qué fui la última en enterarme?
+Porque ya sabía lo que ibas a decir.

Me quedé sin palabras. Echaba todo lo que habíamos creado a la basura. Yo tenía claro que quería ir a la universidad, no me iba a quedar aquí un año más por capricho suyo. Y ella era mi mejor amiga, no podía dejarla atrás. Las dos queríamos irnos, vivir juntas, ¿por qué estaba haciendo esto? ¿cómo lo íbamos a conseguir si no?

Mi mente pasaba de un estado a otro. Tenía ganas de gritarle y llorar, pero no lo hice. En lugar de eso, me callé. Tomé una decisión. En esos momentos no tenía nada bueno que decirle, por lo que no dije nada. Cuando estuviese preparada, cuando llegase el momento en el que pudiese hablarle sin echarle nada en cara, lo haría. Pero no entonces. Sabía que si hablaba con ella no sería para decirle nada bueno.
Y así lo hice. Ella, sin embargo, tomó ese silencio como un ataque. Fue cuando pude ver su verdadera cara. Empezó a atacarnos vía tuenti, vía twitter, Polish incluida en esos ataques. En ellos se podían ver claramente sus pensamientos, lo que de verdad opinaba sobre nosotras. Nos llamaba malas amigas, por no comprenderla. Bueno, en realidad nos recriminaba no pensar como ella y no pensar que su decisión de dejar las clases era lo mejor para ella.
Al final respodí a sus acusaciones diciéndole que yo tenía mi propia manera de pensar, y que no, no me parecía buena decisión, y le comenté además que ahora mismo no estaba en condiciones de poder hablarle. Ella siguió atacando, hasta el punto de enviarme un mensaje privado que me hizo reconsiderar seriamente si pasar por todo lo que había pasado y seguir pasando por más, valía la pena.

"23 Mar 2011, 15:44
estoy hasta los cojones de todo.... ya no agunato,, si kieres entenedrme vale y si no tamb... ya no voy a llorar, y ano voy a preocuparme x nada y x nadie, me da igual ke me convierta en una gilipollas oslitaria y ano paso ninguna,,, ya no kiero internet EESTOY HATS LOS PUTOS COJONES DE TODA LA GENTE QUE TODOS ME HACEN DAÑO”




No pude aguantar más la presión. ¿Por qué ahora me ataca de esa manera? ¿Se creía que estaba resultando fácil para mí? Si de verdad quería estar sola , no sería yo la que la retuviese. Ya estaba demasiado cansada para pedir perdón como otras veces, de seguir haciendo lo que ella quisiese, de que me siguiese manejando.
Tras unos mensajes privados más, en los que me seguía atacando y haciéndose la víctima, decidí borrarla del tuenti y bloquearla. No necesitaba que me enviase más mensajes ni ver sus estados en los que parecía que le habían tratado muy mal. Además de eso, movida por la rabia, borré todas las fotos que tenía con ella del tuenti. Realmente, muchas. Tras una temporada de calma, una compañera me dijo una mañana "X rompió tus fotos". "Bueno, yo también borré las suyas", contesté. "No, ella rompió las fotos impresas. Y lo subió al facebook". ¿De verdad? No podía creérmelo. ¿Había sido capaz de algo como eso? La compañera me lo enseñó en el recreo.

Cientos de fotos de las que antes estábamos tan orgullosas de tener impresas, estaban rotas en cientos de añicos. Al lado de toda esa montonada de papel roto se encontraba el lienzo, desgarrado también, las maderas rotas, desperdigadas por todas partes. En ese momento no pude decir nada, todo me resultaba un poco indiferente. Pero a la vez, justo en ese preciso instante, supe que nunca jamás volveríamos a ser amigas.


Ahora que ya pasó un año me replanteo que fue para mí. Por un lado me ayudó a desahogarme, era una persona a la que le podía decir cualquier cosa, aparentemente, la persona en la que más podía confiar.
Pero luego está el lado egoísta, hacer lo que ella quería cuando ella quería, querer tener siempre razón, pensar que todo lo que hace es correcto. El lado envidioso, el de intentar que todo lo que ella no tenía, no lo tuviese yo. El de querer todo lo que yo tenía. El de meterse con las cosas importantes para mí, el de reírse de mí, el de destruirme poco a poco.
En el fondo todo lo que pudo darme bueno, se queda en nada con todo lo malo que al final me dio. Toda la confianza que le di se convirtió ahora en desconfianza hacia todo el mundo que me rodea, gente que puede ser digna de confianza. Todo ese cariño que le di se convirtió en dudar del cariño de la gente que me rodea. ¿No era yo su hermana? E igualmente le dio igual perderme. Entonces eso significa que a esta gente que está aquí conmigo tampoco le importaría mucho perderme. Inseguridad, dudas, odio, dudar de cualquier proyecto de futuro... al final todo eso fue lo que me quedó de esos años. Me alegro de haber tomado la decisión de seguir sin ella. Es cierto que a veces me siento mal y me duele no haber podido ayudarla, pero para que te rescaten, debes tener la voluntad de ser salvado.

miércoles, 21 de marzo de 2012

¿Cómo puedo lograrlo..?



Lo tienes en las manos. ¿Lo sientes? No.
Abre los ojos. Los tengo abiertos. ¿Lo ves? No.
Escucha con atención. Sigo sin oír nada. ¿En serio no lo oyes? No.
Pruébalo. No, sigue sin saberme a nada.
¿Percibes su esencia? No, no lo hago.

Entonces, ¿Qués lo que sientes? Lo que la gente me hace llegar.
No hay vacío en sus actos. ¿Lo sabes? Sí, lo sé.
¿Y entonces? Sigo sin entenderlo.
Simplemente no llega a mí.




sábado, 17 de marzo de 2012

Detrás de ti



Últimamente estuve recapacitando. Las personas que suelo considerar más importantes para mí, siempre solían tener una pantalla delante de su mirada. Desde una pequeña consola hasta llegar a la pantalla del ordenador, pasando por pantallas de móvil y televisión.
Al principio era algo que me resultaba indiferente. Luego empezó a molestarme. Está llegando el punto en el que no puedo soportarlo.

¿Por qué lo hacen si estoy a su lado? No hay muchas respuestas posibles. Lo que están haciendo es más importante que yo. Valgo tan poco que no merezco que gasten el tiempo conmigo. Se aburren tanto conmigo que necesitan una distracción.

La situación empeora cuando personas que deberían aprovechar el poco tiempo que me ven estando contigo se dedican a pasar horas y horas delante de esa pantalla. Todo el rato lo mismo. Todo el rato lo mismo. Pero aún así es más importante que yo. ¿Tan poco valgo? Gracias por hacérmelo ver así. Será la única forma en que lo vea.

No tengo ganas de comerme la cabeza con esto. Solo quiero hacer llegar algo.

Si de verdad te importo, retira la pantalla y mírame.


jueves, 15 de marzo de 2012

¿Hasta cuándo?

Camino por la calle de noche y pienso en la fragilidad de la vida. Pienso en aquellas personas que como yo que salen todos los días de casa sin pensar que algo les vaya a pasar. "A mí nunca me pasaría algo como eso". Creo que ese es el típico pensamiento que a todos se nos ha pasado alguna vez por la mente.
¿Cuál es la fina línea que nos separa de un trágico destino? ¿Quién decide que llegarás o volverás?

No sé hasta qué punto debo temer. Camino sin preocupaciones. Tal vez no debería meterme por esa calle pero no hay nadie. Tal vez si hubiese ido por la otra algo podría haber ocurrido.

Y me paro a pensar en que debo de estar haciendo algo bien. De momento puedo decir que sigo viva. Pero..¿Hasta cuándo? Todos tenemos un final. Si la tragedia no te aborda lo hará el tiempo.

¿Puede ser que el destino nos tenga algo preparado? Tal vez algunas personas estén destinadas a sufrir durante mucho tiempo levemente. Posiblemente a otras se les entregue un sufrimiento corto e intenso. Habrá también algunas que no lo conozcan nunca en primera persona.

"Ten cuidado". Es algo que pocas veces me repito. Tal vez mi instinto me dirige y por eso no tengo miedo, ya que es el único en el que puedo confiar.


No creo que siempre tenga tanta suerte. Tal vez un día camine sonriendo tranquilamente, tarareando mentalmente la música de mi mp3 y algo ocurra. Ese día acabaría con todo. Es importante por ello que lo último que hagas, lo último que digas, deje al menos un buen sabor. Es mejor despedirse siempre como si fuese la última vez.




miércoles, 14 de marzo de 2012

¿Otra vez?


¿Ya estás aquí?
Realmente no te había echado de menos. Verdaderamente estaba mejor sin ti. Aunque siempre me hayas acompañado no te necesito. Eres una carga en mi vida, siempre lo fuiste y lo seguirás siendo. Son los momentos en los que no estás en los que más disfruto.


No espero que lo entiendas, pero los hechos hablan por si solos. ¿Me has dado algo bueno? No creo que lo hagas, pero desaparece. Deja de meterte de una vez en mi vida.

sábado, 10 de marzo de 2012

Frío


No me suele ocurrir. Olvidé las llaves. O tal vez las llaves me olvidaron a mí. Tal vez este lugar no me reconoce como suyo. O quizás yo no reconozca este como mi sitio. Hace frío. ¿De verdad quiero entrar?¿ De verdad deseo volver al cálido y superficial hogar?
¿Cómo puedo saber que no fue el destino el que me empujó a olvidar las llaves? Podría estarme indicando que es hora de irme, de no volver a mirar atrás.
Ahora dudo de que el calor que sentí fuera realmente real. Dudo que el frío que siento ahora no sea solo un sentimiento que intenta reemplazar el vacío.
¿Volver a casa me traerá de nuevo calor? Estando aquí sentada, sin las llaves, me hace reflexionar. Cada vez lo dudo más.
Si, realmente debería levantarme. Ya no las puedo recuperar, se quedaron dentro.

martes, 6 de marzo de 2012

Calla

En esos escasos momentos en los que no se necesita hablar para hacer llegar lo que se piensa, no digas nada. Son demasiadas las palabras sin sentido que no nos llevan a ningún lugar. Son excesivas las palabras que nos hacen retroceder. Sobran aquellas que hacen que nos distanciemos. Nunca deberían pronunciarse las que están destinadas a que nos odiemos. ¿Cómo es posible que nos cuente tanto callarnos? ¿No son siempre los hechos los que acaban expresando más que los sonidos que emitimos? Porque en el fondo no son más que sonidos, solo aproximaciones de lo que cada uno de nosotros pensamos. Nadie percibirá nunca de la misma forma. Nunca una palabra podrá verse de la misma forma entre personas diferentes. Nunca nuestras palabras podrán verdaderamente decir lo que sentimos. Vale la pena decirlo una vez, dejar constancia. Es necesario demostrarlo mil veces.

Es una pérdida de tiempo que me digas que me quieres si no me conoces, pero a la vez es la señal que el destino me da para que no confíe en ti. Aunque no quieras es lo que dices lo que calificará nuestro destino. Poco importa cómo seas, tus intenciones o de dónde vengas. Deja que fluyan, dime la verdad, miénteme... al final será tu mirada quien me diga qué quieres.

¿Para qué romper entonces el tan breve silencio?
Y lo más importante...¿ por qué dejas que siga preguntándome esto? Bésame, pégame, vete y no vuelvas...pero cállame.




sábado, 3 de marzo de 2012

A punto de nieve

Hace ya unas semanas que empecé a ver semejanzas entre las relaciones de las personas y la cocina. Existen reglas que seguir, pero al final es la intuición, los sentido, la carencia de algo o la diferencia de tus instrumentos lo que te lleva a que tu receta sea diferente.

Dependiendo de lo que pretendas conseguir el proceso tendrá más o menos dificultad. Depende también de tu gusto lo que quieras hacer. Si no te gustan los huevos es poco probable que hagas una tortilla. Pero tal vez llegues a hacerla un día en el que te la pidan. Es probable que la comas. Incluso puede que algún día cambies y te encanten las tortillas.

Lo más difícil son las recetas elaboradas. Estás acostumbrado a verlas y un día decides probar a hacerlas tú también. En esa receta por un casual puede que te pidan que lleves algo a punto de nieve. Alguien novato tiene varias opciones: Lo intentará, le costará pero lo hará; lo intentará, lo llevará muy lejos pero no lo conseguirá; empezará a hacerlo pero se hartará enseguida; se rendirá inmediatamente sin intentarlo o tal vez una última persona pida ayuda.


Salga como salga habrá diferentes comportamientos respecto a su obra. Algunos la probarán y querrán más, otros la probarán pero no les gustará, les parecerá demasiado empalagoso o no les convencerá del todo, otros ni se dignarán en probarla por el olor o por la imagen. Otros no la probarán para darla en beneficio de otra persona, aunque les encantaría quedársela. Existen miles y miles de opciones.


Bon appétit

viernes, 2 de marzo de 2012

Lina







" La última vez que estuvimos juntos te dije que no todo es un camino de rosas y te lo volveré a repetir todas las veces que haga falta. Yo más que nadie sé lo mal que lo has pasado ya que he vivido contigo 13 años con todas sus cosas buenas y sus cosas malas. Hay cosas que pasan y que no podemos hacer nada pero hay otras que si podemos cambiarlas. Creo que debes seguir adelante sin que te importe lo que piense la gente. Tienes una madre maravillosa que se preocupa por ti y por lo que veo en Zaragoza tienes unos amigos increíbles que espero conocer en poco tiempo. Deja de quejarte, no vale la pena, no pretendas gustarle a todo el mundo, nunca lo conseguirás. Con todo esto quiero hacerte ver que después de todo lo que ha pasado me sigo preocupando por ti y que no se te llegue a pasar por la cabeza que no lo hago. Has prometido dedicarme una entrada pero antes te voy a dedicar yo aquí un cachito para que leas cuando a ti te apetezca.
Tres niños, no les hacía falta casi nada. Llegan las navidades y a uno de ellos le regalan un futbolín, caso que le hacen al futbolín, 0. Con que se divierten los tres? Con la propia caja del futbolín. Si señor, con la caja del futbolín. Los padres no daban crédito de como podíamos ser tan parvos. Pero esos tres niños eran felices con un simple cacho de cartón.
Un cumpleaños, un gran cumpleaños. Un grupo de niños juegan en el parque de la almaciga a escapar de su tio/padre mientras él de broma intenta darles con el cinturón corriendo detrás de ellos. No sé muy bien quien era más niño, si él o nosotros pero ese fue un grandísimo día.
Tener un ejercito de tortugas y ponerles nombres muy curiosos.
Yo también me acuerdo de la fuente en el medio del monte. Ese sitio tan increíble. De hacer los sándwiches de nocilla y meter botellas de zumo y de agua. Tú con tu peluche, lia??? Y con las mochilas con todos los juguetes y tu hermano con la bici. Llegábamos agotados , tus coloretes eran increíbles pero llegar allí y estar solos en aquella sombra y taponar aquella fuente para hacer una piscina para los muñecos... en ese momento era lo más divertido y nos lo pasábamos en grande horas y horas. Muchas veces pienso en aquellos días y pagaría por volver a ellos, todo era tan fácil, tan simple.
Con todas estas cosas quiero decirte que te quedes con todo lo bueno, que no importa las cosas que hayamos hecho cuando teníamos 10 años, éramos niños y no se nos tiene en cuenta y te lo diré también todas las veces que haga falta. No quiero que le des vueltas a todo lo que tú y yo sabemos. Por que ambos sabemos que lo haces. No quiero que en ningún momento pienses que aquí no se te quiere por que estás muy equivocada y menos siendo hija de quien eres. Sabes quien era para mi y que nunca dejaré que te pasé nada mientras yo pueda arreglarlo. Es difícil dada la situación pero es no significa nada, cuentas conmigo en todo. Creo que me estoy pasando demostrando cariño dado que ni tú ni yo somos así pero creo que una vez en la vida no hace daño y que lo tienes bien merecido. Siéntete orgullosa de ser quien eres y no dejes que los prejuicios te jueguen malas pasadas por que yo te he visto crecer y te has convertido en una gran mujer. La gente que no pueda ver eso, no merece la pena. Haz que eso entre en tu cabeza. Espero que no tengas ninguna duda de que siempre serás mi Rosanus y yo siempre seré tu Lina. ( Me ha quedado super cutre ;) ).
Te quiero, nunca lo dudes."



No sabía qué era lo que necesitaba hasta que leí estas palabras. Hay muchas cosas que van pasando, pero pocas que se quedan. De las cosas que nunca se puedes olvidar ni dejar pasar es el recuerdo de esa persona que era y es tanto para mí, Lina.

Desde que recuerdo siempre estuvo ahí, siempre. Casi siempre rozando la línea entre primo o hermano. Primo por sangre, hermano por todo lo que me has dado. Entre nosotros, y ya sé que está mal decirlo, pero no me puedo callar nada, lo fuiste más hermano que Darío.

Y es que siempre fue así. No sólo me cuidaste, también me enseñaste muchas cosas, y sigues haciéndolo aún a día de hoy. No puedo hablar de los días en los que era feliz sin nombrarte. No puedo hacerme trenzas (por una extraña razón me las hago muchas veces) sin recordar el día en las que me enseñaste a hacerlas. Y me siento muy orgullosa de decir que fuiste tú el que me enseñó. También me siento orgullosa de pensar todo lo que hacías conmigo. Nadie más que no hubiera sido tú me hubiese hecho nunca mejor compañía. No era solo jugar, era todo la confianza y admiración que sentía por mi primo. Era ver lo alegre, lo carismático, lo atrevido, el carácter y en resumen, todo lo grande que eras,lo que me hacía querer ser algún día como él. Porque él no era un niño que necesitase todos los caprichos del mundo.

Yo también me acuerdo de la caja de cartón, más claramente que del futbolín, que creo que rompimos. Por supuesto me acuerdo del día de mi cumpleaños, en el parque. Creo que cumplí 7 u 8 años. Recuerdo también cuando íbamos a la playa y jugábamos al monstruo de arena. Nosotros éramos los que lanzábamos algas. Recuerdo las piscinas de Sar, cuando intentabas enseñarme a nadar. Recuerdo cuando te metías con Darío y te ibas corriendo a donde cubría porque tenía miedo de meterse. Recuerdo tu risa, tan contagiosa y pillina. Recuerdo lo mucho que te gustaba subirte al Saltamontes en ferias. También cuando grabábamos entre los tres la canción de Shinchan, y yo decía “troupa” en vez de “trompa”, lo que hacía que os estropease toda la canción. No podré tampoco olvidar las bodas de las Bratz. Todas están guardadas en cajas hoy, hasta que algún día, si tengo, se las pueda dar a mi hija, y tu puedas enseñarle a hacer trenzas y a casarlas. Hay cientos y cientos de recuerdos, cada uno con algo especial e inolvidable. Sé que ahora todo eso quedó muy atrás, pero es algo que me hizo ser hoy quien soy. Lina es alguien que sigue apoyándome aún habiendo cometido errores que otras personas no hubieran pasado de largo. Todo eso dice mucho de él. Dice que es una persona muy especial, que es capaz de perdonarte aún habiéndole hecho daño. Lo primero fue irme sin despedirme de ti. En ese momento no pensé que no iba a volver a verte hasta después de muchos años. No sabía qué pasaba. Cuando estuve aquí aún tenía la conciencia de que volvería en verano. Ya sabes que fue lo siguiente. Un comportamiento infantil del que me sigo arrepintiendo. Sé que no fue tu culpa y me porte mal, e intento pensar más las cosas antes de hacerlas, aunque sigue siendo mi tarea pendiente.


Tal vez no te esté diciendo mucho, pero tengo el defecto de no saber qué decir cuando hay demasiadas cosas que hacer llegar. Yo también sé que esto no se acabó aún y aún nos queda algún que otro momento del futuro que compartir, porque somos familia y eso es algo que nunca podrá acabar. Siempre me sentiré orgullosa de decir que tengo el mejor primo del mundo, y que te quiero como a un hermano.


Si puedo añadir algo más, diré que se llamaba Liu.