Lo tienes en las manos. ¿Lo sientes? No.
Abre los ojos. Los tengo abiertos. ¿Lo ves? No.
Escucha con atención. Sigo sin oír nada. ¿En serio no lo oyes? No.
Pruébalo. No, sigue sin saberme a nada.
¿Percibes su esencia? No, no lo hago.
Entonces, ¿Qués lo que sientes? Lo que la gente me hace llegar.
No hay vacío en sus actos. ¿Lo sabes? Sí, lo sé.
¿Y entonces? Sigo sin entenderlo.
Simplemente no llega a mí.
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