viernes, 2 de marzo de 2012

Lina







" La última vez que estuvimos juntos te dije que no todo es un camino de rosas y te lo volveré a repetir todas las veces que haga falta. Yo más que nadie sé lo mal que lo has pasado ya que he vivido contigo 13 años con todas sus cosas buenas y sus cosas malas. Hay cosas que pasan y que no podemos hacer nada pero hay otras que si podemos cambiarlas. Creo que debes seguir adelante sin que te importe lo que piense la gente. Tienes una madre maravillosa que se preocupa por ti y por lo que veo en Zaragoza tienes unos amigos increíbles que espero conocer en poco tiempo. Deja de quejarte, no vale la pena, no pretendas gustarle a todo el mundo, nunca lo conseguirás. Con todo esto quiero hacerte ver que después de todo lo que ha pasado me sigo preocupando por ti y que no se te llegue a pasar por la cabeza que no lo hago. Has prometido dedicarme una entrada pero antes te voy a dedicar yo aquí un cachito para que leas cuando a ti te apetezca.
Tres niños, no les hacía falta casi nada. Llegan las navidades y a uno de ellos le regalan un futbolín, caso que le hacen al futbolín, 0. Con que se divierten los tres? Con la propia caja del futbolín. Si señor, con la caja del futbolín. Los padres no daban crédito de como podíamos ser tan parvos. Pero esos tres niños eran felices con un simple cacho de cartón.
Un cumpleaños, un gran cumpleaños. Un grupo de niños juegan en el parque de la almaciga a escapar de su tio/padre mientras él de broma intenta darles con el cinturón corriendo detrás de ellos. No sé muy bien quien era más niño, si él o nosotros pero ese fue un grandísimo día.
Tener un ejercito de tortugas y ponerles nombres muy curiosos.
Yo también me acuerdo de la fuente en el medio del monte. Ese sitio tan increíble. De hacer los sándwiches de nocilla y meter botellas de zumo y de agua. Tú con tu peluche, lia??? Y con las mochilas con todos los juguetes y tu hermano con la bici. Llegábamos agotados , tus coloretes eran increíbles pero llegar allí y estar solos en aquella sombra y taponar aquella fuente para hacer una piscina para los muñecos... en ese momento era lo más divertido y nos lo pasábamos en grande horas y horas. Muchas veces pienso en aquellos días y pagaría por volver a ellos, todo era tan fácil, tan simple.
Con todas estas cosas quiero decirte que te quedes con todo lo bueno, que no importa las cosas que hayamos hecho cuando teníamos 10 años, éramos niños y no se nos tiene en cuenta y te lo diré también todas las veces que haga falta. No quiero que le des vueltas a todo lo que tú y yo sabemos. Por que ambos sabemos que lo haces. No quiero que en ningún momento pienses que aquí no se te quiere por que estás muy equivocada y menos siendo hija de quien eres. Sabes quien era para mi y que nunca dejaré que te pasé nada mientras yo pueda arreglarlo. Es difícil dada la situación pero es no significa nada, cuentas conmigo en todo. Creo que me estoy pasando demostrando cariño dado que ni tú ni yo somos así pero creo que una vez en la vida no hace daño y que lo tienes bien merecido. Siéntete orgullosa de ser quien eres y no dejes que los prejuicios te jueguen malas pasadas por que yo te he visto crecer y te has convertido en una gran mujer. La gente que no pueda ver eso, no merece la pena. Haz que eso entre en tu cabeza. Espero que no tengas ninguna duda de que siempre serás mi Rosanus y yo siempre seré tu Lina. ( Me ha quedado super cutre ;) ).
Te quiero, nunca lo dudes."



No sabía qué era lo que necesitaba hasta que leí estas palabras. Hay muchas cosas que van pasando, pero pocas que se quedan. De las cosas que nunca se puedes olvidar ni dejar pasar es el recuerdo de esa persona que era y es tanto para mí, Lina.

Desde que recuerdo siempre estuvo ahí, siempre. Casi siempre rozando la línea entre primo o hermano. Primo por sangre, hermano por todo lo que me has dado. Entre nosotros, y ya sé que está mal decirlo, pero no me puedo callar nada, lo fuiste más hermano que Darío.

Y es que siempre fue así. No sólo me cuidaste, también me enseñaste muchas cosas, y sigues haciéndolo aún a día de hoy. No puedo hablar de los días en los que era feliz sin nombrarte. No puedo hacerme trenzas (por una extraña razón me las hago muchas veces) sin recordar el día en las que me enseñaste a hacerlas. Y me siento muy orgullosa de decir que fuiste tú el que me enseñó. También me siento orgullosa de pensar todo lo que hacías conmigo. Nadie más que no hubiera sido tú me hubiese hecho nunca mejor compañía. No era solo jugar, era todo la confianza y admiración que sentía por mi primo. Era ver lo alegre, lo carismático, lo atrevido, el carácter y en resumen, todo lo grande que eras,lo que me hacía querer ser algún día como él. Porque él no era un niño que necesitase todos los caprichos del mundo.

Yo también me acuerdo de la caja de cartón, más claramente que del futbolín, que creo que rompimos. Por supuesto me acuerdo del día de mi cumpleaños, en el parque. Creo que cumplí 7 u 8 años. Recuerdo también cuando íbamos a la playa y jugábamos al monstruo de arena. Nosotros éramos los que lanzábamos algas. Recuerdo las piscinas de Sar, cuando intentabas enseñarme a nadar. Recuerdo cuando te metías con Darío y te ibas corriendo a donde cubría porque tenía miedo de meterse. Recuerdo tu risa, tan contagiosa y pillina. Recuerdo lo mucho que te gustaba subirte al Saltamontes en ferias. También cuando grabábamos entre los tres la canción de Shinchan, y yo decía “troupa” en vez de “trompa”, lo que hacía que os estropease toda la canción. No podré tampoco olvidar las bodas de las Bratz. Todas están guardadas en cajas hoy, hasta que algún día, si tengo, se las pueda dar a mi hija, y tu puedas enseñarle a hacer trenzas y a casarlas. Hay cientos y cientos de recuerdos, cada uno con algo especial e inolvidable. Sé que ahora todo eso quedó muy atrás, pero es algo que me hizo ser hoy quien soy. Lina es alguien que sigue apoyándome aún habiendo cometido errores que otras personas no hubieran pasado de largo. Todo eso dice mucho de él. Dice que es una persona muy especial, que es capaz de perdonarte aún habiéndole hecho daño. Lo primero fue irme sin despedirme de ti. En ese momento no pensé que no iba a volver a verte hasta después de muchos años. No sabía qué pasaba. Cuando estuve aquí aún tenía la conciencia de que volvería en verano. Ya sabes que fue lo siguiente. Un comportamiento infantil del que me sigo arrepintiendo. Sé que no fue tu culpa y me porte mal, e intento pensar más las cosas antes de hacerlas, aunque sigue siendo mi tarea pendiente.


Tal vez no te esté diciendo mucho, pero tengo el defecto de no saber qué decir cuando hay demasiadas cosas que hacer llegar. Yo también sé que esto no se acabó aún y aún nos queda algún que otro momento del futuro que compartir, porque somos familia y eso es algo que nunca podrá acabar. Siempre me sentiré orgullosa de decir que tengo el mejor primo del mundo, y que te quiero como a un hermano.


Si puedo añadir algo más, diré que se llamaba Liu.

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