Nunca lo había experimentado hasta que lo tuve. Esa sensación de que ya no necesitas ni necesitarás a nadie más. Esa sensación de confianza total. De poder contar todo, desde la mayor tontería hasta el tema más serio. De pasar horas muertas. De estar juntas todo el día. De estar hablando todo el día. De compartirlo todo, completamente todo. Cualquier acción, cualquier pensamiento, cualquier sueño, cualquier intención. De no necesitar palabras. De saber todo sobre esa persona y que esa persona lo sepa todo sobre ti. De saber cómo reaccionaría. Saber lo que le gusta, lo que no, lo que nunca podrá gustarle. De compartir secretos. De querer compartir futuro. Tantas cosas, tantas promesas, tantos años, tantos momentos, tantos obstáculos superados...tanto...
Y de repente nada.
Todo eso que se llevó, ya nunca más volverá.
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