Duerme, sueña, despierta, estírate, bosteza, salta, anda con elegancia, presta atención, abre bien los ojos, escucha con atención, curiosea, descubre, comete errores, ve a por mimos, vete. Siente, vive.
lunes, 24 de diciembre de 2012
sábado, 22 de diciembre de 2012
Las ideas suenan mejor en la cabeza
martes, 4 de diciembre de 2012
Las ilusiones son barcos que se van a la deriva
El mundo te dará una respuesta sencilla, formada por tres palabras: Dinero, salud, amor. Qué gran mentira.
Poco a poco la vida cambia. Todo cambia. Y todo lo que era simple antaño deja de funcionar. Ya no preocupa pasar un fin de semana con la familia o con los amigos. Ahora es más importante pasarse el último juego. Ahora es más importante tener el último móvil, la última videonconsola. Lo último lo que sea. Ya no preocupan los sentimientos. El mundo se mueve con interés propio. Ya no importan las palabras. Ya ni siquiera importan los hechos. ¿Y hacia dónde van? ¿Qué quedará?
Carrera. Trabajo. Matrimonio. Familia. Jubilación. Algo parecido es lo que está fijado. Lo que deberíamos hacer.
¿Y qué haría yo..? Me gustaría no tener la carga de deber nada a nadie. De sentirme libre y no tener remordimientos. De no tener la atadura de un trabajo, una carrera, de un deber impuesto. De ver algo nuevo cada día: un país, una ciudad, un idioma. De llenarme de experiencias y no de objetos. De sentir. De vivir como yo quiera.
Pero todo eso son ilusiones. Por mucho soñar no podemos derrotar la realidad con tan solo desearlo. Y ésta es un gran muro que nos ahoga, que cada vez se hace más alto. Que nos va tapando el sol. Y poco a poco vamos quedándonos entre sombras. Las sombras de lo que debemos hacer. Sombras que nos dan papeles en el mundo. Que nos colocan en posiciones exactas.
Y cuando queramos huir de ellas, será demasiado tarde. Ya estaremos rodeados.
viernes, 19 de octubre de 2012
Semillas
sábado, 8 de septiembre de 2012
Entonces te preguntarás por qué estás aquí. Y es porque ha llegado el momento.
viernes, 10 de agosto de 2012
Reliquia de recuerdos
La etapa de "mi cámara rosa". Hacían ya casi tres años desde que la tenía. Recuerdo haber ansiado una cámara muchos meses, hasta que mi madre al fin decidió concedérmela en navidades.
"Si la quieres rosa, tendrás que esperar dos semanas a que la traigan". Así fue. Esperé ansiosa esas dos semanas hasta que finalmente la tuve en mi poder. Y ese primer año no pudo tener más trabajo. Tampoco el segundo. Y se quedó a mitad del camino del tercero.
No importaba a dónde fuese. Ella venía conmigo. Incluso aunque no la sacase, tenía la seguridad de poder guardar cualquier momento con ella. Más que un instrumento, se volvió mi compañera. "Mi gran cámara rosa". La funda estaba sucia, pero no importaba, "cumplía su misión, proteger a la cámara". Y de eso me preocupaba con gran ahínco. Y así estaba, reluciente, rosa, como el primer día.
En casa también ocupaba sitio privilegiado. Podía estar escondida en un amplio cajón como podía estar a la vista. Pero siempre sabía exactamente dónde.
Mi preocupación por su cuidado era extremo. No la llevaba nunca a donde pudiese haber riesgo, y si lo hacía, siempre me mantenía encima de ella. Es por eso que el accidente me afectó tanto. Después de todo lo que pasó, simplemente, el trípode pierde el equilibrio y se precipita al suelo. En un principio pensé que no había pasado nada. Me costó lo mio recuperar la cámara de detrás del armario, pero no estaba del todo preocupada. Cuando al fin la tuve entre mis manos, comprendí que algo extraño pasaba. Estaba apagada pero con el zoom sacado. La encendí y ahí estaba el mensaje "error de zoom". La apagué de nuevo. Nada. Intenté meter el zoom hacia dentro. Nada. Poco a poco lo fui comprendiendo. Ya poco podía hacer. Y ese poco consistía en que al menos, tuviese su aspecto original, por lo que tal vez de una manera un poco incorrecta, conseguí que el zoom volviese a su posición original.
Ahora, la máquina crea recuerdos se ha convertido en nada más que otro recuerdo. Y cierra definitivamente una etapa.
Deja de juzgar
miércoles, 11 de julio de 2012
Sin necesidad de pragmática
martes, 10 de julio de 2012
miércoles, 4 de julio de 2012
.
Voy recogiendo pequeños trozos de luz, pero se van pagando lentamente. Nunca parecen ser suficientes. Reflejos provenientes de cristales rotos, que nunca resultaron ser en realidad nada, tan solo frágiles espejos, espejos que me hicieron ver lo que en un determinado momento quería.
Rayos y destellos, todos cegadores. Todos hacen que cierre los ojos. Y me transportan a otro mundo, en el que puedo soñar, puedo imaginar.
viernes, 29 de junio de 2012
Estaciones
Suelen ser, como ya he dicho, momentos puntuales. Con el tiempo incluso dejará de ser algo imprescindible, y ni se acordarán de que una vez las usaron.Así son las estaciones. Bus, tren... Tienen algo especial, unen y separan caminos, nos facilitan la vida, nos irritan...
Aún con todo, nadie tiene un espacio guardado para ellas en su memoria. Ni las recuerda con cariño. O ni las recuerda. Pero ahí están.
martes, 12 de junio de 2012
Entre luces y sombras
Los latidos van cesando. El frío vuelve a llegar. De nuevo todo sumido en la oscuridad. Pero con la huella presente.
domingo, 3 de junio de 2012
sábado, 2 de junio de 2012
Un año más
Ya no hay celebraciones. No quedan motivos para celebrar. En ese día ya no hay sonrisas, pero solía haberlas.
Me gustaría ser capaz de recordar alguno de esos días, pero no hay ninguna imagen en mi mente. Parecen haberse desvanecido lentamente, con los años.
Me gustaría tener alguna oportunidad para poder revivirlo, pero es imposible. El recuerdo de su imposibilidad recorrerá todos los años que me queden de vida. Cada año. Cada junio.
martes, 15 de mayo de 2012
Mientras tanto
domingo, 13 de mayo de 2012
Flashes
Siempre quise ser actriz, cantante o modelo. Esto último es lo que más me llamó la atención. Ponerte en frente de una cámara, o de cientos de personas y mostrarles lo mejor de ti. Ahora que ya soy más mayor lo dejo como un pequeño sueño incumplido de mi infancia, pero secretamente, cuando voy por la calle, cuando entro en cualquier lugar o estando incluso dentro de casa, ando como si todo el mundo me estuviese mirando.
Tal vez es un lado un tanto egocéntrico. Hay gente que me ha llamado chula o creída. Me da igual. Es uno de los pequeños placeres de los que puedo disfrutar, sentir que estoy bajo focos luminosos y que el mundo es mi público. Y esa es la única manera de alimentar al menos un poco mi autoestima.
Lo mismo siento cuando hago fotos. Disfruto haciéndolas, me divierto. No me avergüenzo de cómo soy. Al menos, no suelo hacerlo. Y tampoco me avergüenza mostrarme al mundo. Me da igual que me critiquen por las fotos que subo. Nadie critica fotos en revistas por tener menos ropa encima que yo. Y yo no me considero de una raza distinta. Todos somos humanos. Me gusta compartirlas, me gusta mostrarme. Me gusta que el mundo sepa quién soy y me tenga en cuenta, de una manera u otra. Me gusta destacar a mi manera. Aunque no sea la manera en la que me gustaría ser recordada, es algo. Es la única opción de al menos tener un hueco en la memoria de la gente.
En fin, con esto quiero dejar claro que no me avergüenzo de mostrarme, de ninguna manera posible, y que me gusta ser así.
sábado, 12 de mayo de 2012
¿ Y la cuchara de madera?
Es sorprendente. Tenía la seguridad de tener una. Pero la sopa necesita ser revuelta. No tengo tiempo para pensar dónde está la cuchara, por lo que vuelvo a abrir el cajón de los cubiertos y cojo algo parecido a una cuchara. No es lo mismo, pero también sirve. No es lo que en principio estaba buscando pero puede servir de sustituto. Es extraño, pensaba que realmente tenía esa cuchara.
Vuelvo al ordenador para contar mi anécdota sobre la cuchara de madera y me acuerdo. Había usado esa cuchara para revolver el chocolate fundido que recubriría una tarta. Vuelvo a la cocina y encuentro la cuchara. Fría, recubierta de chocolate endurecido. Es evidente que está ahí, pero no disponible para poder usarla. La sopa ya está casi lista, y no merece la pena lavarla. Tardaría más en ello que esperar a que la sopa se hiciese revolviendo con el sustituto de la cuchara. Y la verdad es que me ha servido bien.
viernes, 4 de mayo de 2012
Cenizas de odio
martes, 1 de mayo de 2012
Existe algo así
Actitudes sobre todo que te hacen pensar. Y cuando siguen a lo largo del tiempo van cambiando. Del desconcierto a la molestia y tal vez posteriormente a algo peor.
En fin, no me voy a detener mucho argumentando esto, no vaya a ser que diga más de lo que debo. Simplemente queda plasmado para sacármelo algo de encima.
No son mariposas, son náuseas
Recuerdo qué llevaba yo puesto. Pantalones blancos, manoletinas blancas, una camiseta azul de tirantes y mi cazadora vaquera oscura. Y recuerdo qué llevaba él. Esa inconfundible chaqueta de rayas blancas y negras y unos vaqueros. Solía ir siempre igual, a veces combinando realmente mal.
No voy a hablar de eso. Y diciendo esto es de lo que precisamente escribiré. Si hay algo de lo qué precisamente no me gusta hablar es del pasado. Creo que actualmente sólo una persona sabe todo lo que pasó en mi vida. Al mismo tiempo de sentirte en cierto modo liberada, sientes que no te volverán a mirar con los mismos ojos. Ni a ti ni a quien te rodea.
No es sólo eso. No sabría ni por dónde empezar. No veo motivo por el que empezar a hablar del pasado. Eso ya quedó atrás. Vives con ello, lo tienes presente, pero no hay motivo por el que contárselo a los demás. Bueno, supongo que a veces es inevitable mencionar algo, pero será extraño verme contar anécdotas sobre alguien que precisamente no quiero recordar. Tampoco me gusta precisamente que me pregunten. Que me pregunten qué pasó me hace preguntarme a mí qué hice mal. Para mí siempre soy yo la culpable. O porque fallé o porque no lo vi venir. O porque estaba ciega.
En fin, no hay mucho más qué decir. Tengo mis asuntos que prefiero se queden donde están, o en su caso donde estuvieron. Y de ninguna manera pueden volver.
lunes, 30 de abril de 2012
sábado, 21 de abril de 2012
Y va pasando
lunes, 9 de abril de 2012
Ojímetro
Esas fueron ya palabras lejanas de alguien cuyo nombre no recuerdo. No importa, lo que realmente permanecerán en mí fueron sus palabras. No entendía ningún paralelismo entre mi técnica y mi vida. Al menos hasta hace poco.
Ahí tienes un bodegón. Lo observo, mucho. Tal vez demasiado. Clavo mis ojos en él hasta que esté preparada. Hasta que crea saber todos sus detalles. Hasta que piense que no puedo cometer ningún error a la hora de transcribirlo en el papel. Después elijo la dureza del lápiz. Sé que poca dureza es lo más indicado, sin embargo me gusta encajar con un HB, de mina gruesa. No dibujo líneas definitivas nunca. Aunque haya estado observando. Aunque dentro de mí esté completamente segura de poder hacerlo. Exteriormente solo podré trazar un par de líneas curvas que querrían ser rectas. Contorneo todo el conjunto. Sigo observando, atentamente, intentando no perder ningún detalle, analizando lentamente lo que voy consiguiendo y comparándolo con el real. Quiero que sea igual. Unos milímetros lo estropean. Unos huecos. Un borrón. Goma, goma y goma. Líneas de las que nunca estuve segura son eliminadas. Líneas que supe que iba a borrar pero igualmente tracé. Ahora me pregunto por qué lo hice. No importa, las seguiré haciendo siempre. Cambio de dureza. Un 2B o incluso un 3B. Tal vez esté haciendo las cosas mal, pero lo importante es el resultado. Trazo después de muchos estudios y análisis visuales líneas que asemejan mejor la realidad. Me aislo de todo. Mi mente está vacía, solo se concentra en el dibujo y la realidad. Estamos solos. Continúo trabajando concentrada sin pensar que puedo estar haciendo algo mal. De repente paro y observo. Un pequeño detalle está mal. No se puede salvar, hay que borrar. Borrar para poder hacerlo de nuevo y que quede bien. Borro con cuidado, intentando que no haya ninguna clase de borrón. A veces no se puede evitar. Puedes intentar taparlo posteriormente con un claroscuro. Si lo ocultas bien es muy probable que nadie lo note. Solo aquellos que profundicen en tu obra. Sigo, no me puedo detener por un pequeño contratiempo. Dejo que mi mano se mueva sola, en sintonía con mis ojos. El lápiz acaricia suavemente cada línea inexistente que mi visión dicta. Solo lo que veo. Solo y únicamente lo que veo. Porque solo soy capaz de transcribir lo que hay. Mi mente no es capaz de saber si hay algo detrás del conjunto. Aparentemente es un cuadrado. Es lo que veo. Es lo que sabré. Nunca sabré que en realidad se trata de un rectángulo si no lo giran. Por lo tanto dibujaré un cuadrado. Termino. Lo miro. No me gusta. Aquí hay un error. Esta sombra no es exacta. Lo he hecho mal. Lo he hecho mal de nuevo. No puedo hacerlo bien. No soy capaz. Miro a mi alrededor. Los dibujos de los demás no se parecen a los míos. Es normal, eligieron otro punto de vista. Ningún cuerpo puede estar en el mismo lugar que otro al mismo tiempo. Igualmente algún que otro compañero ha dibujado cosas que no puede ver. Me pregunto cómo fue capaz de adivinarlas. Yo no las veo. Nadie me las dijo. Nadie me las mostró. ¿Cómo sois capaz de verlas si yo no puedo? Ahora es demasiado tarde.
Ya está acabado. Es hora de pasar al siguiente. Da igual cómo lo hagan los demás, seguiré haciendo dibujo realista. Observaré y transcribiré lo que vea, nada más. Porque esa es mi técnica.
jueves, 5 de abril de 2012
Bondad o malicia
Bondad, bondad, bondad. Es algo que siempre parecía acompañarme. No solía tener ninguna opinión al respeto. Nunca hacía nada que pudiese dañar a otras personas, me guardaba mis comentarios, mis actos, mis pensamientos y mis sentimientos. Me dejaba arrastrar por lo deseos de otras personas, por sus caprichos. ¿Qué importaban los míos? Lo más importante es el bienestar de otras personas, por delante del mio propio. Por supuesto.
¿Qué hago hablando en pasado? Lo sigo haciendo. Pero hoy no tengo ganas de callarme. Hoy tengo ganas de hacer llegar lo que siento. El vacío del que estoy llena.
No sé si empezar nombrando lo sensible o lo insegura que soy. Empezaré mejor diciendo que siento un gran vacío por parte de la gente que cuesta mucho llenar. Se llena con pequeñas muestras de cariño e importancia. Y se vacían muy fácilmente con indiferencia y actos que afectan a mi prácticamente nula seguridad en mí misma. Verdaderamente no hace falta ser un genio para darse cuenta de esto. No hace falta conocerme mucho para que estas muestras de personalidad salgan a la luz.
Con lo poco que se me puede ofrecer para ser feliz solo puedo pensar que quien realiza los actos anteriormente nombrados los hace intencionadamente para hacerme daño.
¿Debería ahora callarme? Si, no puedo hacer daño a la gente. Pero ella tiene todo el derecho a hacerme daño a mí. Cometo todo el rato errores que son juzgados como muestra de lo poco que valgo. Al parecer en este mundo no se considera lo que yo siento, o no tiene importancia.
Cinco minutos de lágrimas no es lo mismo que una hora de estas. Pero yo no intento ganar nada con ellas, tampoco quiero usarlas como escudo. Que no se vean no significa que no existan. Que sonría no significa que mi alma no esté sangrando por dentro. Igualmente no cambiarían nada, lo que yo sienta no es valorado como algo de importancia.
Ahora de nuevo la indiferencia. Esa que me ha estado persiguiendo siempre. La de desconocidos no me importa. La de aquellos que estoy intentando conocer me importa bastante. La de mis amigos se siente como puñaladas. La de mis mejores amigos es indescriptible. Una aproximación... no sé si puede existir. Solo sé lo mucho que duele. Y que duramente puedo olvidarlo o vivir con ello.
Cosas de importancia. Cada día estas situaciones me llevan a pensar que yo no soy una de ellas. Cada vez más me siento como una carga innecesaria en la vida de los demás. Cada día más desearía desaparecer y dejar a los demás ser felices y libres.
¿Qué es para mí la soledad? Bueno, algo con lo que siempre he tenido que lidiar. Desde pequeña cuando era una niña tímida y solitaria. Desde más mayor siendo alguien a quien la gente no soportaba. Podría relacionar la soledad con el rechazo. Y el rechazo con mi inseguridad. Y mi inseguridad con lo poco que creo valer.
Existen más tipos de soledad en mí. Son los que llevo viviendo hace casi nueve años. Se llaman " hay alguien que podría estar contigo pero prefiere no hacerlo". Son los que a veces me ofrece mi familia, los que me ofrecieron la gente de Teruel y los que últimamente empiezo a sentir en otros contextos. Vaya, pensé que habían desaparecido. En fin, es mi destino. No puedo huir de ello sin más. No puedo deshacerme de algo que siempre ha estado viviendo conmigo.
¿Voy a mentir ahora? Diré cómo me siento. Débil, insegura, innecesaria, mala persona, odiada, peor que nada. Y creo merecérmelo todo. Si no valiese tan poco la gente no me daría estos tratos. Hay gente a mi alrededor que no los recibe, en cambio yo sí. Entonces, me lo merezco. Iré recibiendo poco a poco todo lo malo que me vayáis dando, porque vosotros así me hacéis ver el lugar al que pertenezco y de donde nunca debo salir. Ié recibiéndolo porque la felicidad es algo que no me merezco y algo que no debo mancillar. Sé que el destino me irá manteniendo a raya.
A todos aquellos que intentáis ayudarme, solo me queda agradecérselo. Por todo el esfuerzo. No sé hasta cuando podré soportar todo, pero sé que el día en el que todo acabe seré feliz y libre. Espero entonces no tener que derramar más lágrimas.
lunes, 26 de marzo de 2012
Llámala X y deja que su recuerdo se pierda
Y así empecé a frecuentar a su gente. Especialmente me fijé en una chica que no me cayó nada bien. Podemos llamarla X. Cada vez que X salía yo prefería no ir. Parecía caerle mal, y encima no me respetaba, ya que no eran españolas tenían su lengua materna en común. Mary hablaba conmigo en español, pero X solo se dirigía a Mary en su lengua materna, haciendo imposible que yo puediese participar y haciéndome sentir fuera de lugar.
Pero no todo siguió así. Con el tiempo decidimos darnos una oportunidad y fuimos abriéndonos. Empezamos a salir las tres juntas, aunque esto solo ocurría cuando Mary así lo disponía. Yo y X nos llevabámos bien,pero no lo suficiente para salir solas y aún había mucha desconfianza.
Por aquel entonces yo tenía bastante relación con Y, prima de X. Un día fui a su casa y hablamos sobre Mary, sobre sus complejos y sus miedos. No era un tema fácil, las dos dijimos muchas cosas, lo que nos colocó a las dos en la misma posición.
Pero ella decidió jugar, por lo que le dijo todo lo que yo le había dicho a su prima,X, que fue corriendo a contárselo a Mary. Hablé con Mary, le pedí perdón y me arrepentí. X e Y tomaron sin embargo otra postura. Se pusieron totalmente en mi contra e hicieron elegir a Mary entre ellas y yo. Me eligió a mí.
Empezamos 4º de la ESO. Perdí el contacto entre X e Y, aunque coincidimos con Y en la misma clase. Mary y ella empezaron a hablar y arreglaron sus diferencias. Yo lo toleré pero me mantuve en mi posición, después de lo que me había hecho no quería tener nada que ver con ella. El tiempo fue pasando, hasta que un día X se puso en contacto conmigo. Me pedía perdón por haberme juzgado tan pronto y quería hacer las paces conmigo. Dejé mi rencor de lado y las tres volvimos a ser amigas.
Todo volvió como al principio. Las tres salíamos, pero nuestra relación giraba siempre en torno a Mary.
Un día en clase Mary me dio una carta. “¿Es tuya?” le dije. Ella me lo afirmó, por lo que la abrí. En ella Y me pedía perdón y quería que volviésemos a ser amigas. Me levanté y la tiré a la basura. No lo entendía, ¿por qué quería ella esto? ¿Conveniencia? Aún guardaba rencor, pero la carta me hizo recapacitar, hasta que de nuevo la benevolencia pudo conmigo y acabé perdonándola.
Ahora todo parecía ir bien, todas estábamos en paz de nuevo, aunque algunas cosas fueran solo en apariencia. X y yo empezamos poco a poco a salir solas, conociéndonos más.
Al fin del curso todo dió un giro. Mary nos anunció que se iba de vuelta. En ese momento parecía muy seguro, nos acercamos todas un poco más y nuestras emociones salieron a flote. Finalmente resultó que solo se iba de vacaciones. Un verano por delante sin ella, solo con la compañía de X. Pero ahora parecíamos llevarnos mucho mejor.
Cuando acabamos las clases nuestros caminos parecían separarse. Yo quería hacer el Bachillerato de Arte. Me apasionaba dibujar y pintar, en los típicos tests me salía todo favorable a mi decisión y eso me empujó aún más . Eso significaba que yo haría el bachillerato artístico y Mary el de Sociales. X planeaba hacer también el de Sociales, por lo que Mary y ella estarían juntas en clase.
Pero no todo ocurrió como planeó. En el instituto al que X quería ir le pedían las notas, y ella que había ido a la recuperación no las tenía, por lo que no podría matricularse a tiempo, y las plazas eran muy escasas. Un día quedamos para ir a matricularnos, las dos juntas, cada una a lo suyo, pero X, en un ataque de rabia ante la imposibilidad de poder hacer el bachiller que quería se matriculó también en la Ecuela de Arte. Por una lado me alegraba poder tenerla conmigo, pero por otro sabía que no era lo que quería ni lo más apropiado para ella, por lo que no podría salir bien.
Decidimos irnos a mi pueblo. En principio era un plan enfocado a las tres, pero ya que Mary no podía estar presente lo hicimos las dos solas. Eso nos acercó mucho más si cabe, y empezamos incluso a escribir una novela conjuntamente.
Parecí encontrar entonces a la amiga perfecta. Asemejaba comprenderme en todo, estaba dispuesta a escucharme, no tenía miedo de enseñarme lo que sentía y nos ayudábamos mutuamente en todo lo que podíamos. Nuestra confianza en nosotras creció tanto en tan poco tiempo que parecía algo irreal, pero ahí estaba. Era como si la conociese de toda la vida, y eso que hacía unos meses la aborrecía.
Volvimos de mi pueblo. Ya teníamos proyectos en mente, aparte de estar todos los días juntas. Piscina, parque, monte,río, estar juntas en casa...Y cuando llegaba la noche, internet o teléfono. No había ni un día en el que no nos mantuviésemos en contacto, no había nada que hiciese una que no supiese la otra.
Cuando finalizó el verano era ya como si fuésemos hermanas. Así ella me consideraba, y su padre incluso me denominaba así. Mary volvió, pero ya no era igual. La complicidad entre X y yo era demasiado fuerte.
Empezamos las clases. Yo tenía en mente que ya no necesitaba nada más, ya tenía a mi mejor amiga de mi lado, y por lo tanto nada podría ir mal. Formamos una burbuja donde solo dejamos entrar a dos chicas más. Una de ellas fue Polish.
No sé que pudo con nosotras pero empezamos a salirnos de contexto. Nada parecía importarnos, empezamos a actuar sin pensar hasta que las consecuencias empezaron a venir. Nos solo nos aislamos de toda la clase, también empezamos a querer diferenciarnos de ese grupo. Al final todo explotó, y empezó la guerra entre ambos bandos. Podría decirse que éramos Polish, X y yo contra todos. La otra chica decidió mantenerse al margen. A parte de nosotras, otra chica decidió unirse.
Llegaron las cenas de la 2º evaluación. Para entonces ya nos habíamos insultado indirectamente y ofendido entre ambos lados. Nosotras usábamos esos insultos para autodenominarnos. Esa noche montamos un poco más de follón, pero eso nos sirvió para tener el mote definitivo “FFF” que vendría a ser furcias, frikis y feas, que era lo que nos iban llamando a lo largo de este periodo. La relación con los compañeros se suavizó cuando el primer curso acabó, ya que Polish y yo hablamos con todo el conjunto, aunque en segundo continuaron habiendo tensiones y nunca llegamos a llevarnos bien, pero eso es otra historia.
La clase la tomó sobre todo con X. Incluso llegaron a subir una foto para meterse con ella. En vez de actuar de un modo apropiado se metió en la conversación, metiendo cizaña. Quise ayudarla, pero me lo negó de una forma muy rotunda. Parecía disfrutar cargándolo todo.
Desde nunca nuestra amistad había sido algo fácil. Las dos teníamos problemas, que sabíamos y compartíamos. La tensión que había en su familia finalmente había estallado, pero ella nunca reconoció que le afectaba. Simplemente parecía darle igual, seguía haciendo las mismas cosas e incluso afirmaba sentirse mucho mejor entonces. No vi motivos para no creeerla, ella me lo contaba todo y me lo confiaba todo, por lo que aunque a veces lo dudé, acabé creyéndola.
Respecto al transcurso, las cosas eran diferentes entre ambas. Filosofía y dibujo técnico fueron las que más costaban. Conseguimos aprobar finalmente filosofía y yo pasé dibujo técnico. Ella prometió estudiar en verano para aprobarlo. En las demás cosas iba justa, pero tampoco pretendía hacer nada para mejorarlo.
A lo largo de este año empecé a notar cómo cambiaba. En primer lugar, discutió con Mary por una estupidez, lo que le costó su amistad, que a día de hoy sigue sin arreglarse, todo por orgullo. En segundo lugar, supongo que fue la envidia lo que la movió, les contó a sus tíos, los padres de Y, todas las cosas que hacía Y,su prima. Les contó que fumaba, que decía ir a dormir a casa de una amiga y salía por ahí de fiesta...parece una tontería pero hace un par de años, y siendo los padres de Y tan conservadores, fue un duro golpe para Y, que quedó destrozada. Me coloqué en una posición neutral, pero verdaderamente me impactó lo que fue capaz de hacer a alguien de su propia familia, aunque más tarde se arrepintiese. En tercer lugar...vivía delante de una pantalla la mayor parte del día. Empezó a parar de salir por estar conectada con metroflog, tuenti.. y posteriormente el twitter. Si sabéis el tiempo que paso yo, puedo decir con completa seguridad que ella pasaba más del triple del tiempo que yo delante del ordenador. Siempre que iba a su casa era como si fuese un mueble. Al principio se cortaba, o intentaba incluirme. Luego se cansó y empezó a ignorar completamente mi presencia. Hablé con ella, más de una vez. Yo era su amiga real, y la gente que había en el ordenador era gente virtual que difícilmente conocería, que tal vez un día se cansase de ellos, o ellos de ella y se perdería, pero ella ignoraba mis palabras, se enfadaba y continuaba. En cuarto lugar, ignoraba completamente su obligación, que era la de estudiar. Prefería dedicar su tiempo a otras cosas, ya mencionadas.
El curso acabó. Ella se fue de vacaciones, el verano completo, a su país. Yo me quedé en Teruel, aunque fui dos semanas a Santiago.
Ya que mi mundo se había reducido a X, pasé prácticamente el verano sola, esperando su regreso y hablando con ella a través de internet. Tras los últimos acontecimientos yo la necesitaba, pero no estaba. El único consejo que me dio fue uno que muy posteriormente descubrí que no pensaba.
Tras la vuelta a clase, se acercaba nuestro último año juntas. Mi idea en un principio era ir de vuelta a Galicia. Dudaba entre Historia del Arte en Santiago o Bellas Artes en Vigo. Ella quería filología inglesa. Rápidamente me di cuenta de que no podría llevar a cabo mis planes, por lo que una idea se asomó por mi mente. Parecía imposible, pero igualmente la sugerí. Se trataba de ir a estudiar y vivir las tres juntas(X,Polish y yo) a Zaragoza. Ellas estuvieron de acuerdo. Era una idea que empezó a obsesionarnos, incluso.
X y yo empezamos un cursillo sobre edición de imágenes. Teníamos toda la mañana ocupada, y después cinco horas más de cursillo por la tarde, durante tres meses. Tras acabar el cursillo, ya por la noche, volvía a casa y hacía los deberes, aparte de estudiar. Tenía una idea en mente y haría todo lo que cupiese en mi mano para conseguirlo.
Ella en cambio no se lo tomó tan en serio. Aparte de faltar a algunas clases, aunque luego mentía firmando como si hubiese estado allí, pasaba de estudiar y se pasaba las tardes delante de la pantalla. El final de la evaluación llegaba, y con ella los supensos. Le ayudaba en todo lo que podía en los estudios y en su vida, y ella a cambio descargaba sus fracasos conmigo.
El fin de la primera evaluación llegó, y como era de esperar, los suspensos. Era un duro golpe para todas, pero prometimos esforzarnos más.
Recuerdo una tarde cercana a las navidades. Fuimos a una tienda de regalos, y yo quedé maravillada por un Doraemon gigante. Ya tenía uno pequeñio, regalado por ella también, pero aquel me maravilló. "¡Regálamelo!" me acuerdo que dije, aunque ella me respondió con una gran negativa. Para su regalo yo quería algo especial. Algo único que nadie más pudiese darle o pudiese tener. Compré un lienzo y me puse a trabajar en ello, en una de sus fotos favoritas en la que estábamos juntas. No recuerdo cuánto me costó. Sé que fue un proceso lento primero con lápiz, intentando que todas las líneas quedasen perfectas. Perfectas como nuestra amistad. Recuerdo luego pintar con témperas cada detalle y posteriormente pintar el fondo en rojo, su color favorito, y aplicar purpurina por él. Cuando lo acabé escribí por el revés lo mucho que significaba nuestra amistad para mí y lo mucho que la quería. Fue algo en lo que volqué todo lo que podía hacer, algo único, y me sentía profundamente orgullosa de ese regalo.
Las fechas señaladas llegaron. Ella me regaló el Doraemon que tanto me había ilusionado. Yo le di el lienzo que tanto me había costado, que colgó inmediatamente en su habitación. Aquellas navidades las pasamos juntas como era ya nuestra costumbre. Siempre solo nosotras, no necesitábamos más.
El tiempo siguió pasando y volvimos a clase tras navidad. Pero todo continuaba igual. Ella seguía teniendo sus problemas, que la arrastraban a cualquier lugar. Lo peor es que no quería afrontarlos, se escondía tras una pantalla intentando ignorar lo que le decía el mundo. Era mi mejor amiga y no podía ver eso. Su situación me arrastró a mí, y acabé viviendo lo mismo que ella. Sentía el dolor y la impotencia de no poder ayudarla, de que no me dejase, de no lograrlo, de que todo siguiese igual. Me comía la cabeza todos los días con sus problemas, los míos y todo lo que me iba llegando. Tenía tanta presión que ya no sabía qué hacer. La gente a mi alrededor intentaba tranquilizarme, hacerme ver que no era mi problema, pero yo seguía sintiéndolo como si fuese mío.
Mi relación con Polish mejoró. Ante las negativas de X de salir, empezamos a salir nosotras dos solas, y fui viendo lo mucho que tenía, su alegría me contagiaba y sus ánimos por hacer cualquier cosa eran admirables. Era asombrosamente semejante a mí.
En clase todo parecía ir bien, al menos para Polish y para mí. En cambio X no venía a clase, no hacía los trabajos, se ausentaba durante exámenes importantes...Recuerdo claramente la tarde en la que incluso llegué a hacerle un trabajo de diseño.
Nueve faltas al mes. Ese era el límite. Ella llegó a tener muchas más, durante más de tres meses, lo que le hizo perder la evaluación continua. Podía seguir viniendo a clase y aprobar al final, cosa que dijo que haría.
Entonces, de un día tras otro, ocurrió todo. Fui un día a clase, donde no la encontré. Una compañera de clase a la que las dos estábamos(podría decirse) unidas, me dijo que ya no iba a venir más. Todo se me nubló. "¡¿Qué?! No" me dije. Teníamos una promesa, teníamos un sueño. ¿Pensaba rendirse sin luchar siquiera? ¿Después de todo lo que habíamos pasado? Me negué a admitirlo y en el recreo fuimos a su casa, que estaba relativamente cerca.
-¿Por qué te vas?
-Porque ya no puedo más.
-¿Por qué ni siquiera me lo dijiste? ¿Por qué fui la última en enterarme?
+Porque ya sabía lo que ibas a decir.
Me quedé sin palabras. Echaba todo lo que habíamos creado a la basura. Yo tenía claro que quería ir a la universidad, no me iba a quedar aquí un año más por capricho suyo. Y ella era mi mejor amiga, no podía dejarla atrás. Las dos queríamos irnos, vivir juntas, ¿por qué estaba haciendo esto? ¿cómo lo íbamos a conseguir si no?
Mi mente pasaba de un estado a otro. Tenía ganas de gritarle y llorar, pero no lo hice. En lugar de eso, me callé. Tomé una decisión. En esos momentos no tenía nada bueno que decirle, por lo que no dije nada. Cuando estuviese preparada, cuando llegase el momento en el que pudiese hablarle sin echarle nada en cara, lo haría. Pero no entonces. Sabía que si hablaba con ella no sería para decirle nada bueno.
Y así lo hice. Ella, sin embargo, tomó ese silencio como un ataque. Fue cuando pude ver su verdadera cara. Empezó a atacarnos vía tuenti, vía twitter, Polish incluida en esos ataques. En ellos se podían ver claramente sus pensamientos, lo que de verdad opinaba sobre nosotras. Nos llamaba malas amigas, por no comprenderla. Bueno, en realidad nos recriminaba no pensar como ella y no pensar que su decisión de dejar las clases era lo mejor para ella.
Al final respodí a sus acusaciones diciéndole que yo tenía mi propia manera de pensar, y que no, no me parecía buena decisión, y le comenté además que ahora mismo no estaba en condiciones de poder hablarle. Ella siguió atacando, hasta el punto de enviarme un mensaje privado que me hizo reconsiderar seriamente si pasar por todo lo que había pasado y seguir pasando por más, valía la pena.
"23 Mar 2011, 15:44
estoy hasta los cojones de todo.... ya no agunato,, si kieres entenedrme vale y si no tamb... ya no voy a llorar, y ano voy a preocuparme x nada y x nadie, me da igual ke me convierta en una gilipollas oslitaria y ano paso ninguna,,, ya no kiero internet EESTOY HATS LOS PUTOS COJONES DE TODA LA GENTE QUE TODOS ME HACEN DAÑO”
No pude aguantar más la presión. ¿Por qué ahora me ataca de esa manera? ¿Se creía que estaba resultando fácil para mí? Si de verdad quería estar sola , no sería yo la que la retuviese. Ya estaba demasiado cansada para pedir perdón como otras veces, de seguir haciendo lo que ella quisiese, de que me siguiese manejando.
Tras unos mensajes privados más, en los que me seguía atacando y haciéndose la víctima, decidí borrarla del tuenti y bloquearla. No necesitaba que me enviase más mensajes ni ver sus estados en los que parecía que le habían tratado muy mal. Además de eso, movida por la rabia, borré todas las fotos que tenía con ella del tuenti. Realmente, muchas. Tras una temporada de calma, una compañera me dijo una mañana "X rompió tus fotos". "Bueno, yo también borré las suyas", contesté. "No, ella rompió las fotos impresas. Y lo subió al facebook". ¿De verdad? No podía creérmelo. ¿Había sido capaz de algo como eso? La compañera me lo enseñó en el recreo.
Cientos de fotos de las que antes estábamos tan orgullosas de tener impresas, estaban rotas en cientos de añicos. Al lado de toda esa montonada de papel roto se encontraba el lienzo, desgarrado también, las maderas rotas, desperdigadas por todas partes. En ese momento no pude decir nada, todo me resultaba un poco indiferente. Pero a la vez, justo en ese preciso instante, supe que nunca jamás volveríamos a ser amigas.
Ahora que ya pasó un año me replanteo que fue para mí. Por un lado me ayudó a desahogarme, era una persona a la que le podía decir cualquier cosa, aparentemente, la persona en la que más podía confiar.
Pero luego está el lado egoísta, hacer lo que ella quería cuando ella quería, querer tener siempre razón, pensar que todo lo que hace es correcto. El lado envidioso, el de intentar que todo lo que ella no tenía, no lo tuviese yo. El de querer todo lo que yo tenía. El de meterse con las cosas importantes para mí, el de reírse de mí, el de destruirme poco a poco.
En el fondo todo lo que pudo darme bueno, se queda en nada con todo lo malo que al final me dio. Toda la confianza que le di se convirtió ahora en desconfianza hacia todo el mundo que me rodea, gente que puede ser digna de confianza. Todo ese cariño que le di se convirtió en dudar del cariño de la gente que me rodea. ¿No era yo su hermana? E igualmente le dio igual perderme. Entonces eso significa que a esta gente que está aquí conmigo tampoco le importaría mucho perderme. Inseguridad, dudas, odio, dudar de cualquier proyecto de futuro... al final todo eso fue lo que me quedó de esos años. Me alegro de haber tomado la decisión de seguir sin ella. Es cierto que a veces me siento mal y me duele no haber podido ayudarla, pero para que te rescaten, debes tener la voluntad de ser salvado.
miércoles, 21 de marzo de 2012
¿Cómo puedo lograrlo..?
sábado, 17 de marzo de 2012
Detrás de ti
jueves, 15 de marzo de 2012
¿Hasta cuándo?
miércoles, 14 de marzo de 2012
¿Otra vez?
sábado, 10 de marzo de 2012
Frío
No me suele ocurrir. Olvidé las llaves. O tal vez las llaves me olvidaron a mí. Tal vez este lugar no me reconoce como suyo. O quizás yo no reconozca este como mi sitio. Hace frío. ¿De verdad quiero entrar?¿ De verdad deseo volver al cálido y superficial hogar?
martes, 6 de marzo de 2012
Calla
sábado, 3 de marzo de 2012
A punto de nieve
viernes, 2 de marzo de 2012
Lina
Tres niños, no les hacía falta casi nada. Llegan las navidades y a uno de ellos le regalan un futbolín, caso que le hacen al futbolín, 0. Con que se divierten los tres? Con la propia caja del futbolín. Si señor, con la caja del futbolín. Los padres no daban crédito de como podíamos ser tan parvos. Pero esos tres niños eran felices con un simple cacho de cartón.
Un cumpleaños, un gran cumpleaños. Un grupo de niños juegan en el parque de la almaciga a escapar de su tio/padre mientras él de broma intenta darles con el cinturón corriendo detrás de ellos. No sé muy bien quien era más niño, si él o nosotros pero ese fue un grandísimo día.
Tener un ejercito de tortugas y ponerles nombres muy curiosos.
Yo también me acuerdo de la fuente en el medio del monte. Ese sitio tan increíble. De hacer los sándwiches de nocilla y meter botellas de zumo y de agua. Tú con tu peluche, lia??? Y con las mochilas con todos los juguetes y tu hermano con la bici. Llegábamos agotados , tus coloretes eran increíbles pero llegar allí y estar solos en aquella sombra y taponar aquella fuente para hacer una piscina para los muñecos... en ese momento era lo más divertido y nos lo pasábamos en grande horas y horas. Muchas veces pienso en aquellos días y pagaría por volver a ellos, todo era tan fácil, tan simple.
Con todas estas cosas quiero decirte que te quedes con todo lo bueno, que no importa las cosas que hayamos hecho cuando teníamos 10 años, éramos niños y no se nos tiene en cuenta y te lo diré también todas las veces que haga falta. No quiero que le des vueltas a todo lo que tú y yo sabemos. Por que ambos sabemos que lo haces. No quiero que en ningún momento pienses que aquí no se te quiere por que estás muy equivocada y menos siendo hija de quien eres. Sabes quien era para mi y que nunca dejaré que te pasé nada mientras yo pueda arreglarlo. Es difícil dada la situación pero es no significa nada, cuentas conmigo en todo. Creo que me estoy pasando demostrando cariño dado que ni tú ni yo somos así pero creo que una vez en la vida no hace daño y que lo tienes bien merecido. Siéntete orgullosa de ser quien eres y no dejes que los prejuicios te jueguen malas pasadas por que yo te he visto crecer y te has convertido en una gran mujer. La gente que no pueda ver eso, no merece la pena. Haz que eso entre en tu cabeza. Espero que no tengas ninguna duda de que siempre serás mi Rosanus y yo siempre seré tu Lina. ( Me ha quedado super cutre ;) ).
Te quiero, nunca lo dudes."
No sabía qué era lo que necesitaba hasta que leí estas palabras. Hay muchas cosas que van pasando, pero pocas que se quedan. De las cosas que nunca se puedes olvidar ni dejar pasar es el recuerdo de esa persona que era y es tanto para mí, Lina.
Desde que recuerdo siempre estuvo ahí, siempre. Casi siempre rozando la línea entre primo o hermano. Primo por sangre, hermano por todo lo que me has dado. Entre nosotros, y ya sé que está mal decirlo, pero no me puedo callar nada, lo fuiste más hermano que Darío.
Y es que siempre fue así. No sólo me cuidaste, también me enseñaste muchas cosas, y sigues haciéndolo aún a día de hoy. No puedo hablar de los días en los que era feliz sin nombrarte. No puedo hacerme trenzas (por una extraña razón me las hago muchas veces) sin recordar el día en las que me enseñaste a hacerlas. Y me siento muy orgullosa de decir que fuiste tú el que me enseñó. También me siento orgullosa de pensar todo lo que hacías conmigo. Nadie más que no hubiera sido tú me hubiese hecho nunca mejor compañía. No era solo jugar, era todo la confianza y admiración que sentía por mi primo. Era ver lo alegre, lo carismático, lo atrevido, el carácter y en resumen, todo lo grande que eras,lo que me hacía querer ser algún día como él. Porque él no era un niño que necesitase todos los caprichos del mundo.
Yo también me acuerdo de la caja de cartón, más claramente que del futbolín, que creo que rompimos. Por supuesto me acuerdo del día de mi cumpleaños, en el parque. Creo que cumplí 7 u 8 años. Recuerdo también cuando íbamos a la playa y jugábamos al monstruo de arena. Nosotros éramos los que lanzábamos algas. Recuerdo las piscinas de Sar, cuando intentabas enseñarme a nadar. Recuerdo cuando te metías con Darío y te ibas corriendo a donde cubría porque tenía miedo de meterse. Recuerdo tu risa, tan contagiosa y pillina. Recuerdo lo mucho que te gustaba subirte al Saltamontes en ferias. También cuando grabábamos entre los tres la canción de Shinchan, y yo decía “troupa” en vez de “trompa”, lo que hacía que os estropease toda la canción. No podré tampoco olvidar las bodas de las Bratz. Todas están guardadas en cajas hoy, hasta que algún día, si tengo, se las pueda dar a mi hija, y tu puedas enseñarle a hacer trenzas y a casarlas. Hay cientos y cientos de recuerdos, cada uno con algo especial e inolvidable. Sé que ahora todo eso quedó muy atrás, pero es algo que me hizo ser hoy quien soy. Lina es alguien que sigue apoyándome aún habiendo cometido errores que otras personas no hubieran pasado de largo. Todo eso dice mucho de él. Dice que es una persona muy especial, que es capaz de perdonarte aún habiéndole hecho daño. Lo primero fue irme sin despedirme de ti. En ese momento no pensé que no iba a volver a verte hasta después de muchos años. No sabía qué pasaba. Cuando estuve aquí aún tenía la conciencia de que volvería en verano. Ya sabes que fue lo siguiente. Un comportamiento infantil del que me sigo arrepintiendo. Sé que no fue tu culpa y me porte mal, e intento pensar más las cosas antes de hacerlas, aunque sigue siendo mi tarea pendiente.
Tal vez no te esté diciendo mucho, pero tengo el defecto de no saber qué decir cuando hay demasiadas cosas que hacer llegar. Yo también sé que esto no se acabó aún y aún nos queda algún que otro momento del futuro que compartir, porque somos familia y eso es algo que nunca podrá acabar. Siempre me sentiré orgullosa de decir que tengo el mejor primo del mundo, y que te quiero como a un hermano.
Si puedo añadir algo más, diré que se llamaba Liu.
miércoles, 29 de febrero de 2012
sábado, 25 de febrero de 2012
Tardes perdidas
Ahora que estoy en Teruel, vuelvo a mis antiguas costumbres. Consumirme en mi habitación pensando en todo lo malo que esta ciudad me ha dado. Salgo a la calle y todo está lleno de recuerdos. Demasiado pequeño. Doy paseos y de vez en cuando me encuentro con antiguas amistades. Algunos se dignan a saludar. Otros ignoran que existo, otros apartan la mirada. Yo clavo mi mirada en ellos, esperando su reacción. Algunos incluso me sorprenden. Casi siempre negativamente.