sábado, 22 de diciembre de 2012

Las ideas suenan mejor en la cabeza

Y es de ahí de donde tan difícil se pueden extraer.


Un renacuajo.
Guiado por el camino que su entorno le ofrece.
Nada y nada por turbulentas aguas.
Toda su vida.
Obstaculizado por rocas, hierbajos.
Arañado. Viendo a los de su propia especie desaparecer.
Pero aún así no se plantea que haya otro camino.
Crece y crece, siguiendo el mismo riachuelo.

Hasta que llega un día.

Usa sus ancas para saltar.
Y paralelamente a ese camino,
ese camino que tan bien conoce,
se encuentra un riachuelo.
Tranquilo, en calma.
Claras aguas, brillantes.
Y la rana se queda inmóvil.

Confusa.
¿Puede realmente haber otro camino?
No puede ser tan fácil de seguir.

Y así la pequeña anfibia se encuentra dividida. Puede ser que toda su vida hubiese sido tan temerosa porque no había estado siguiendo el camino acertado. Tal vez a eso se deben todos sus arañazos. Pero, ¿realmente desaparecerán de sus patas por empezar a ir por el otro riachuelo?
Y más importante aún. ¿Ese riachuelo será navegable por tan pequeña rana?

martes, 4 de diciembre de 2012

Las ilusiones son barcos que se van a la deriva

¿Qué es lo que el mundo quiere? ¿Qué es a lo que aspiramos?
El mundo te dará una respuesta sencilla, formada por tres palabras: Dinero, salud, amor. Qué gran mentira.
Poco a poco la vida cambia. Todo cambia. Y todo lo que era simple antaño deja de funcionar. Ya no preocupa pasar un fin de semana con la familia o con los amigos. Ahora es más importante pasarse el último juego. Ahora es más importante tener el último móvil, la última videonconsola. Lo último lo que sea. Ya no preocupan los sentimientos. El mundo se mueve con interés propio. Ya no importan las palabras. Ya ni siquiera importan los hechos. ¿Y hacia dónde van? ¿Qué quedará?
Carrera. Trabajo. Matrimonio. Familia. Jubilación. Algo parecido es lo que está fijado. Lo que deberíamos hacer.

¿Y qué haría yo..? Me gustaría no tener la carga de deber nada a nadie. De sentirme libre y no tener remordimientos. De no tener la atadura de un trabajo, una carrera, de un deber impuesto. De ver algo nuevo cada día: un país, una ciudad, un idioma. De llenarme de experiencias y no de objetos. De sentir. De vivir como yo quiera.

Pero todo eso son ilusiones. Por mucho soñar no podemos derrotar la realidad con tan solo desearlo. Y ésta es un gran muro que nos ahoga, que cada vez se hace más alto. Que nos va tapando el sol. Y poco a poco vamos quedándonos entre sombras. Las sombras de lo que debemos hacer. Sombras que nos dan papeles en el mundo. Que nos colocan en posiciones exactas.
Y cuando queramos huir de ellas, será demasiado tarde. Ya estaremos rodeados.

viernes, 19 de octubre de 2012

Semillas

Mira esos árboles.
Casi todo el mundo puede coger una semilla y llevársela a casa.
La plantarán, y con el tiempo empezará a crecer.
Intentarán hacer que crezca en las mismas condiciones que los modelos que admiraron.
Y con un poco de suerte lo conseguirán.
Pero por dentro, no serán los mismos.
La tierra es diferente y no es ese lugar el que les corresponde.
Sus dueños posiblemente no pensarán en ello.
Pero los árboles nacerán, vivirán y morirán sabiendo que ese no era su sitio.
Y lo peor es que saben que sus raíces están enterradas.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Al final todos acabaremos sumisos ante la oscuridad. ¡Corre! Corre y cree que nunca llegará a ti. Puedes seguir engañándote. Puedes lograr encender pequeñas chispas, pero solo te harán saber la gran inmensidad a la que te expones. No hay salida posible. Todo son sombras, falsas ilusiones.

Entonces te preguntarás por qué estás aquí. Y es porque ha llegado el momento.




El momento en el que te encuentre.

viernes, 10 de agosto de 2012

Reliquia de recuerdos

Tal vez haya estado un tanto pesada tras la ruptura de mi cámara. Tal vez. Pero también es verdad que ha cerrado una etapa.
La etapa de "mi cámara rosa". Hacían ya casi tres años desde que la tenía. Recuerdo haber ansiado una cámara muchos meses, hasta que mi madre al fin decidió concedérmela en navidades.
"Si la quieres rosa, tendrás que esperar dos semanas a que la traigan". Así fue. Esperé ansiosa esas dos semanas hasta que finalmente la tuve en mi poder. Y ese primer año no pudo tener más trabajo. Tampoco el segundo. Y se quedó a mitad del camino del tercero.
No importaba a dónde fuese. Ella venía conmigo. Incluso aunque no la sacase, tenía la seguridad de poder guardar cualquier momento con ella. Más que un instrumento, se volvió mi compañera. "Mi gran cámara rosa". La funda estaba sucia, pero no importaba, "cumplía su misión, proteger a la cámara". Y de eso me preocupaba con gran ahínco. Y así estaba, reluciente, rosa, como el primer día.
En casa también ocupaba sitio privilegiado. Podía estar escondida en un  amplio cajón como podía estar a la vista. Pero siempre sabía exactamente dónde.
Mi preocupación por su cuidado era extremo. No la llevaba nunca a donde pudiese haber riesgo, y si lo hacía, siempre me mantenía encima de ella. Es por eso que el accidente me afectó tanto. Después de todo lo que pasó, simplemente, el trípode pierde el equilibrio y se precipita al suelo. En un principio pensé que no había pasado nada. Me costó lo mio recuperar la cámara de detrás del armario, pero no estaba del todo preocupada. Cuando al fin la tuve entre mis manos, comprendí que algo extraño pasaba. Estaba apagada pero con el zoom sacado. La encendí y ahí estaba el mensaje "error de zoom". La apagué de nuevo. Nada. Intenté meter el zoom hacia dentro. Nada. Poco a poco lo fui comprendiendo. Ya poco podía hacer. Y ese poco consistía en que al menos, tuviese su aspecto original, por lo que tal vez de una manera un poco incorrecta, conseguí que el zoom volviese a su posición original.

Ahora, la máquina crea recuerdos se ha convertido en nada más que otro recuerdo. Y cierra definitivamente una etapa.


Deja de juzgar

Cada vez más se juzga por las apariencias. Cada vez más hay gente prepotente que intenta decidir por los demás qué es lo correcto. Cómo deberíamos comportarnos. A su manera. De cierta manera logro comprender la inseguridad de esa gente y su impotencia de no poder controlarlo todo.

Como sea.

Me gusta ir de compras. Disfruto con ello. Pero eso no significa que sea pija ni materialista.
Puedo ponerme pantalones muy cortos. Puedo ponerme escotes. Pero también puedo ponerme jerseys. No visto para provocar, sino para gustarme a mí misma, y decido mi vestimenta en base a eso. Jamás me consideraré una puta por hacer lo que quiera con mi estilo. Y nadie debería juzgar a nadie por apariencias.
Me apasiona el rock, pero eso no me obliga a no poder disfrutar un sábado de poder bailar lo que me apetezca, ni a irme de fiesta. Un gusto no elimina la posibilidad otro. Un extremo no tiene por qué rechazar al otro.
Me da igual no ser una supermodelo. Me da igual no saber hacer fotos buenas. Porque si es lo que me gusta, no voy a parar de hacerlo. Criticar por ello no es una opción.


Nada en mí llega al punto de ser extremo. Tampoco aspiro a ello. Prefiero ser una masa multicolor a quedarme estancada en la posibilidad de ser blanco o negro, como le pasa a mucha gente. Todos estamos expuestos a cambios constantes, y la creencia de que todo va a ser para siempre no es más que una excusa para no aceptar el futuro. Una máscara ante el miedo.

¿Qué pretendo con esto? Como siempre, transmitir un mensaje. Deja a la gente ser quien es.
No tenemos derecho.
No tenemos derecho a decidir por nadie.
No tenemos derecho a juzgar a nadie.

miércoles, 11 de julio de 2012

Sin necesidad de pragmática

Sin duda la pragmática es uno de los campos más cautivadores de la lingüística. Pero de alguna manera, prácticamente imposible, no tendríamos necesidad de ella.

¿Qué pasaría si la gente simplemente dijese lo que pensase? 

De alguna manera es algo con lo que siempre hemos soñado. Pero por otra parte eso también tendría su gran parte negativa. La parte en la que dejaríamos de tener ilusiones, esperanzas o sueños. Simplemente lo sabríamos todo, ahí estaría, bueno o malo. Y es realmente la expectación de no saber a ciencia cierta algo es lo que crea en nosotros esa incertidumbre que tanto nos atrae.

¿Podrían a su vez convivir los sentimientos negativos con los positivos hacia una persona?

Porque en el fondo todos sabemos que nadie es perfecto. Y tienen sus defectos, y nosotros, tú y yo. Algunos claros. Otros resultan impensables de ser nombrados. Resulta atractivo pensar qué pasaría si desvelásemos a todos sinceramente lo que pensamos de ellos, sin tapujos.E imaginar sus reacciones. E intentar calcular cuántos de ellos permanecerían así a nuestro lado, si es que alguno de ellos permanece.

¿Qué más se perdería? ¿Qué más se ganaría?

Juegos de miradas, coqueteos,  permanencias innecesarias con algunas personas, familias, amor, amistad. Tal vez la mayoría de nuestras relaciones básicas.

Directos al grano, no más pérdidas de tiempo, no más comernos la cabeza por lo que no es, fuerza para seguir adelante, amor, amistad. Tal vez las mejores de nuestras relaciones.



Para bien, o para mal, el significado invisible seguirá presente en nuestra vida. Seguiremos enviando elaborados mensajes (o no tanto) y el oyente tendrá la responsabilidad de interpretarlo libremente y responder en base a lo que crea. Aunque también es cierto que existe la opción del silencio, tan llena de ambigüedad. Tan llena de "me importas pero tengo miedo" y "no me importas lo más mínimo".



miércoles, 4 de julio de 2012

.

¿Qué busco en realidad? Me gustaría saberlo. A veces creo que no me falta nada. Otras me siento completamente vacía.
Voy recogiendo pequeños trozos de luz, pero se van pagando lentamente. Nunca parecen ser suficientes. Reflejos provenientes de cristales rotos, que nunca resultaron ser en realidad nada, tan solo frágiles espejos, espejos que me hicieron ver lo que en un determinado momento quería.

Rayos y destellos, todos cegadores. Todos hacen que cierre los ojos. Y me transportan a otro mundo, en el que puedo soñar, puedo imaginar.

Noches salvajes.
Dulces amaneceres
Abrazos interminables
Cientos de caricias
O... Libertad.

El eterno debate entre las ataduras y no tener freno. El placer de sentirte deseada, independiente. La satisfacción por otra parte de sentirte querida, necesitada.

Soluciones que llegan solas. Sin buscarlas y sin tener ninguna opción para elegir. Soluciones que me condenan, me llevan a la desesperación. Frecuentemente. Siempre. Me hacen dudar de quién soy. Me hacen dudar de todo.

Intento evadirme,
pero forma parte de todos nosotros.

Busco, pero no encuentro. Entonces dejo que me encuentren. Y de esta manera dejo lo mejor de mí, y a cambio recibo frustración, mezclado con insuficiencia propia. Y es cuando busco y busco dentro de mí.


Entonces abro los ojos. Todo está a oscuras de nuevo. De nada servirá negarme que no necesito luz. De nada servirá hacerme creer a mí misma que finalmente encontraré la luz que necesito.

Y seguiré buscando destellos.

viernes, 29 de junio de 2012

Estaciones

Suele llegar un momento, en la que se necesitan y se acude a ellas. Verdaderamente no es entusiasmo lo que se siente al visitarlas, tan solo son un lugar de paso para lograr un objetivo, para llegar a otra parte. Nadie piensa en ellas de manera especial. Nadie suele tener momentos inolvidables ahí. De ninguna manera un grupo de personas iría a esos sitios para pasar un buen rato de manera cíclica.

Suelen ser, como ya he dicho, momentos puntuales. Con el tiempo incluso dejará de ser algo imprescindible, y ni se acordarán de que una vez las usaron.Así son las estaciones. Bus, tren... Tienen algo especial, unen y separan caminos, nos facilitan la vida, nos irritan...
Aún con todo, nadie tiene un espacio guardado para ellas en su memoria. Ni las recuerda con cariño. O ni las recuerda. Pero ahí están.

martes, 12 de junio de 2012

Entre luces y sombras

Cientos de palpitaciones. Incesantes, imparables. Han pasado tan solo unos segundos. Sin origen y sin destino. Sin razón. Sin pasado ni futuro. Tan solo presente incierto. Marchitable. Ojos cerrados combinados con los pensamientos. Bloqueados con una cerradura a la que nadie tiene acceso. Fracturas en lo fuertemente arraigado. Comienza a deshacerse todo. Momento de vacío. Oscuridad y nuevos reflejos de luz. Pero tan solo espejismos.
Los latidos van cesando. El frío vuelve a llegar. De nuevo todo sumido en la oscuridad. Pero con la huella presente.


domingo, 3 de junio de 2012

sábado, 2 de junio de 2012

Un año más

Incesante, pasa el tiempo. Otro mes de junio.
Ya no hay celebraciones. No quedan motivos para celebrar. En ese día ya no hay sonrisas, pero solía haberlas.

Me gustaría ser capaz de recordar alguno de esos días, pero no hay ninguna imagen en mi mente. Parecen haberse desvanecido lentamente, con los años.

Me gustaría tener alguna oportunidad para poder revivirlo, pero es imposible. El recuerdo de su imposibilidad recorrerá todos los años que me queden de vida. Cada año. Cada junio.

martes, 15 de mayo de 2012

Mientras tanto


Mientras tenga impulsos no necesito moral
Mientras tenga imaginación no necesito lógica
Mientras pueda soñar no necesito despertar
Mientras tenga arte no necesito ciencia
Mientras tenga esperanza no necesito ver la realidad
Mientras haga caso a mi instinto no necesito usar la razón
Mientras crea en la bondad no necesito buscar maldad
Mientras tenga ambición no creeré en conformarme
Mientras pueda decir la verdad no pensaré en apariencias
Mientras pueda hablar no callaré
Mientras haya luz no pararé
Mientras me guste ser quién soy no cambiaré
Mientras sea suave lo acariciaré
Mientras haya locura la abrazaré
Mientras tenga confianza avanzaré

Mientras haya un camino lo encontraré

domingo, 13 de mayo de 2012

Flashes

Tal vez es algo típico de casi todas las mujeres, todas las niñas y casi cualquier persona, algo que se le ha pasado por la cabeza a todo el mundo, pero bueno, yo tampoco iba a ser menos.
Siempre quise ser actriz, cantante o modelo. Esto último es lo que más me llamó la atención. Ponerte en frente de una cámara, o de cientos de personas y mostrarles lo mejor de ti. Ahora que ya soy más mayor lo dejo como un pequeño sueño incumplido de mi infancia, pero secretamente, cuando voy por la calle, cuando entro en cualquier lugar o estando incluso dentro de casa, ando como si todo el mundo me estuviese mirando.
Tal vez es un lado un tanto egocéntrico. Hay gente que me ha llamado chula o creída. Me da igual. Es uno de los pequeños placeres de los que puedo disfrutar, sentir que estoy bajo focos luminosos y que el mundo es mi público. Y esa es la única manera de alimentar al menos un poco mi autoestima.

Lo mismo siento cuando hago fotos. Disfruto haciéndolas, me divierto. No me avergüenzo de cómo soy. Al menos, no suelo hacerlo. Y tampoco me avergüenza mostrarme al mundo. Me da igual que me critiquen por las fotos que subo. Nadie critica fotos en revistas por tener menos ropa encima que yo. Y yo no me considero de una raza distinta. Todos somos humanos. Me gusta compartirlas, me gusta mostrarme. Me gusta que el mundo sepa quién soy y me tenga en cuenta, de una manera u otra. Me gusta destacar a mi manera. Aunque no sea la manera en la que me gustaría ser recordada, es algo. Es la única opción de al menos tener un hueco en la memoria de la gente.

En fin, con esto quiero dejar claro que no me avergüenzo de mostrarme, de ninguna manera posible, y que me gusta ser así.


sábado, 12 de mayo de 2012

¿ Y la cuchara de madera?

Cacerola al fuego. Agua hirviendo. Echo lentamente el contenido del sobre. Y ahora debería revolver para asegurarme que nada se queda pegado al fondo. Para ello abro el cajón de los cubiertos, pero cuál es mi sorpresa. Así no está la cuchara de madera. Miro bien. Revuelvo y revuelvo. Tal vez en el escurrecubiertos. Tampoco. Quizá en el escurreplatos... No, ahí tampoco está.
 Es sorprendente. Tenía la seguridad de tener una. Pero la sopa necesita ser revuelta. No tengo tiempo para pensar dónde está la cuchara, por lo que vuelvo a abrir el cajón de los cubiertos y cojo algo parecido a una cuchara. No es lo mismo, pero también sirve. No es lo que en principio estaba buscando pero puede servir de sustituto. Es extraño, pensaba que realmente tenía esa cuchara.
Vuelvo al ordenador para contar mi anécdota sobre la cuchara de madera y me acuerdo. Había usado esa cuchara para revolver el chocolate fundido que recubriría una tarta. Vuelvo a la cocina y encuentro la cuchara. Fría, recubierta de chocolate endurecido. Es evidente que está ahí, pero no disponible para poder usarla. La sopa ya está casi lista, y no merece la pena lavarla. Tardaría más en ello que esperar a que la sopa se hiciese revolviendo con el sustituto de la cuchara. Y la verdad es que me ha servido bien.

viernes, 4 de mayo de 2012

Cenizas de odio

Es algo que tiene ella dentro. 
No sabe a qué se debe.
No es bueno, la corroe por dentro.

Cierra un momento los ojos, quemándose por dentro. Los vuelve a abrir y en su rostro se dibuja una sonrisa. Siempre se ha preguntado si cuando lo hace parece auténtica. Quiere que sea como un acrílico. Ese material que borra de la superficie cualquier marca pasada. Y teme que solo sea una suave acuarela.
Sea como sea. Que el fuego se haya debilitado no significa que se haya consumido. Sigue ardiendo levemente. A veces sopla, dejándose llevar. Es una ignorante. Desconoce que así prenderá más.
Tiembla. Sí, tiembla. Siente además el calor. Y se paraliza. Intenta buscar algo desesperadamente que termine con lo que acaba de empezar, pero su cuerpo no responde. Incesante. 
Y tras el incendio las cenizas. Se van acumulando. No puede simplemente deshacerse de ellas. Escuecen demasiado y se le pegan por dentro. Quieren quedarse, y ella va aceptándolas como suyas.
Éstas tienen voluntad propia. Están hechas a base de crueldad, venganza y odio. Desean quemar, desean que todo arda en llamas.
Algo pequeño las retiene. Pequeños fragmentos de hielo que luchan por enfriar su interior. Se produce entonces una fusión entre el frío y el calor. No hay vencedor, solo una agradable temperatura.
Pueden entonces ocurrir varias cosas. Puede todo enfriarse hasta que una chispa vuelva a prenderlo todo. Puede volverse insoportable la necesidad de las cenizas por quemarlo todo. 
Será entonces cuando quiera contagiar el fuego. Y lo hará poco a poco, con cuidado, dejando pequeñas huellas en las que hay llamas enterradas.

martes, 1 de mayo de 2012

Existe algo así

Hay algo que me molesta bastante de las personas y que a veces siento que sigue presente. Más aún cuando es muy evidente. No voy a decir qué. Más que nada porque es algo que la mayoría de la gente que me rodea no hace. Pero una pequeña porción sí, y en eso me centro.

Actitudes sobre todo que te hacen pensar. Y cuando siguen a lo largo del tiempo van cambiando. Del desconcierto a la molestia y tal vez posteriormente a algo peor.

En fin, no me voy a detener mucho argumentando esto, no vaya a ser que diga más de lo que debo. Simplemente queda plasmado para sacármelo algo de encima.

No son mariposas, son náuseas

"Esta noche son los Mayos, no sé si tendremos sitio para cenar". Esta oración, dicha por el novio de mi madre, me recordó otra parecida que había sido por alguien hacía exactamente dos años.
Recuerdo qué llevaba yo puesto. Pantalones blancos, manoletinas blancas, una camiseta azul de tirantes y mi cazadora vaquera oscura. Y recuerdo qué llevaba él. Esa inconfundible chaqueta de rayas blancas y negras y unos vaqueros. Solía ir siempre igual, a veces combinando realmente mal.


No voy a hablar de eso. Y diciendo esto es de lo que precisamente escribiré. Si hay algo de lo qué precisamente no me gusta hablar es del pasado. Creo que actualmente sólo una persona sabe todo lo que pasó en mi vida. Al mismo tiempo de sentirte en cierto modo liberada, sientes que no te volverán a mirar con los mismos ojos. Ni a ti ni a quien te rodea.
No es sólo eso. No sabría ni por dónde empezar. No veo motivo por el que empezar a hablar del pasado. Eso ya quedó atrás. Vives con ello, lo tienes presente, pero no hay motivo por el que contárselo a los demás. Bueno, supongo que a veces es inevitable mencionar algo, pero será extraño verme contar anécdotas sobre alguien que precisamente no quiero recordar. Tampoco me gusta precisamente que me pregunten. Que me pregunten qué pasó me hace preguntarme a mí qué hice mal. Para mí siempre soy yo la culpable. O porque fallé o porque no lo vi venir. O porque estaba ciega.

En fin, no hay mucho más qué decir. Tengo mis asuntos que prefiero se queden donde están, o en su caso donde estuvieron. Y de ninguna manera pueden volver.

lunes, 30 de abril de 2012

" Pasou moito, moito medo.
Subíu a un alto penedo
 medio morto de terror.
 Berrou. Non había xente. 
Aguantou alí valente,
e mentres tanto nevou.
 Cando se fixo de día
 viuse na neve enterrado
 con medio corpo xeado
 e sen forzas, sen valor.
 Os pés non se lle movían.
 Pero xa lucía o sol. 
Logo o sol rompeu a neve
 e el púidose mover.
 -¡Gracias, sol!¡que forte es 
 con luz que derrete a neve, 
a neve que cobre os pés!
 -Mentira- díxolle o sol-. 
Mira ti que forte son 
que me tapa un nubarrón. 
Faloulle ó nubarro entón:
-¡Ouh, nube, que forte es 
que podes tapar o sol,
 o sol que derrete a neve,
 a neve que cobre os pés! 
-Mentira- díxolle a nube-. 
Mira ti que forte son 
que o vento anda a levarme 
polo ceo a empuxóns. 
E faloulle ó vento entón: 
-¡Ouh, vento, que forte es 
que vas empuxando a nube, 
a nube que tapa o sol, 
o sol que derrete neve, 
 a neve que cobre os pés! 
-Mentira- díxolle o vento-. 
Mira ti que forte son 
que o mesmo monte en que estás 
detén o meu empuxón. 
E faloulle ó monte entón: 
-¡Ouh, monte, que forte es 
que podes parar o vento, 
o vento que empuxa a nube, 
a nube que tapa o sol, 
o sol que derrete a neve, 
a neve que cobre os pés! 
-Mentira-díxolle o monte-. 
Mira ti que forte son 
que ese ratiño pequeno 
vaime furando e comendo 
con dentes de furador"

sábado, 21 de abril de 2012

Y va pasando

Alrededor de 7 meses. Es el tiempo que llevo en Zaragoza. Cada día es único, y no sé lo que me espera cada día al levantarme por la mañana. Es ese gusto por lo desconocido. Ese gusto por saber que cada día será diferente, único y anterior. Que no habrá días iguales. No hay monotonía ni rutina. Pero todo lo bueno se acaba. Mentalmente el verano pasado se hizo eterno. Todo este año está pasando tan rápidamente como un suspiro. Y de la noche a la mañana me encontraré de nuevo en casa, sin saber qué hacer ni a dónde ir. De nuevo sin ilusiones, dejando que el tiempo se queme, siempre esperando. Son estas épocas, la primavera, mi estación favorita, la que curiosamente más me hace desesperar. Ahora todo se convertirá en una curiosa paradoja. Cuanto más brille el sol más empezaré a oscurecerme yo. Empezar a contar cuántas semanas quedan, cuántos días... Y tener el extraño miedo de que nada volverá a ser igual. Tener la certeza de que volveré a sentirme mal otro verano. ¿Por qué? Bueno, siempre lo mismo. Las cosas ya no son igual. Estas fechas te lo recuerdan más que nunca. Te hacen preguntarte por qué yo. Por qué. Y la única respuesta es el destino. O así es la vida. O cualquier estupidez que se dice para intentar dar ánimos. En fin. Mientras pueda intentaré sentirme menos sola. Intentar guardar energía para sentir que al menos cuando fue posible tuve alguien a mi lado. Porque en definitiva eso es lo que más me puede hacer feliz, tener alguien a mi lado.

lunes, 9 de abril de 2012

Ojímetro

"Si de verdad te gusta el arte, podrás verlo en todos los aspectos de tu vida"
Esas fueron ya palabras lejanas de alguien cuyo nombre no recuerdo. No importa, lo que realmente permanecerán en mí fueron sus palabras. No entendía ningún paralelismo entre mi técnica y mi vida. Al menos hasta hace poco.

Ahí tienes un bodegón. Lo observo, mucho. Tal vez demasiado. Clavo mis ojos en él hasta que esté preparada. Hasta que crea saber todos sus detalles. Hasta que piense que no puedo cometer ningún error a la hora de transcribirlo en el papel. Después elijo la dureza del lápiz. Sé que poca dureza es lo más indicado, sin embargo me gusta encajar con un HB, de mina gruesa. No dibujo líneas definitivas nunca. Aunque haya estado observando. Aunque dentro de mí esté completamente segura de poder hacerlo. Exteriormente solo podré trazar un par de líneas curvas que querrían ser rectas. Contorneo todo el conjunto. Sigo observando, atentamente, intentando no perder ningún detalle, analizando lentamente lo que voy consiguiendo y comparándolo con el real. Quiero que sea igual. Unos milímetros lo estropean. Unos huecos. Un borrón. Goma, goma y goma. Líneas de las que nunca estuve segura son eliminadas. Líneas que supe que iba a borrar pero igualmente tracé. Ahora me pregunto por qué lo hice. No importa, las seguiré haciendo siempre. Cambio de dureza. Un 2B o incluso un 3B. Tal vez esté haciendo las cosas mal, pero lo importante es el resultado. Trazo después de muchos estudios y análisis visuales líneas que asemejan mejor la realidad. Me aislo de todo. Mi mente está vacía, solo se concentra en el dibujo y la realidad. Estamos solos. Continúo trabajando concentrada sin pensar que puedo estar haciendo algo mal. De repente paro y observo. Un pequeño detalle está mal. No se puede salvar, hay que borrar. Borrar para poder hacerlo de nuevo y que quede bien. Borro con cuidado, intentando que no haya ninguna clase de borrón. A veces no se puede evitar. Puedes intentar taparlo posteriormente con un claroscuro. Si lo ocultas bien es muy probable que nadie lo note. Solo aquellos que profundicen en tu obra. Sigo, no me puedo detener por un pequeño contratiempo. Dejo que mi mano se mueva sola, en sintonía con mis ojos. El lápiz acaricia suavemente cada línea inexistente que mi visión dicta. Solo lo que veo. Solo y únicamente lo que veo. Porque solo soy capaz de transcribir lo que hay. Mi mente no es capaz de saber si hay algo detrás del conjunto. Aparentemente es un cuadrado. Es lo que veo. Es lo que sabré. Nunca sabré que en realidad se trata de un rectángulo si no lo giran. Por lo tanto dibujaré un cuadrado. Termino. Lo miro. No me gusta. Aquí hay un error. Esta sombra no es exacta. Lo he hecho mal. Lo he hecho mal de nuevo. No puedo hacerlo bien. No soy capaz. Miro a mi alrededor. Los dibujos de los demás no se parecen a los míos. Es normal, eligieron otro punto de vista. Ningún cuerpo puede estar en el mismo lugar que otro al mismo tiempo. Igualmente algún que otro compañero ha dibujado cosas que no puede ver. Me pregunto cómo fue capaz de adivinarlas. Yo no las veo. Nadie me las dijo. Nadie me las mostró. ¿Cómo sois capaz de verlas si yo no puedo? Ahora es demasiado tarde.

Ya está acabado. Es hora de pasar al siguiente. Da igual cómo lo hagan los demás, seguiré haciendo dibujo realista. Observaré y transcribiré lo que vea, nada más. Porque esa es mi técnica.

jueves, 5 de abril de 2012

Bondad o malicia

"Qué niña mas buena" "Tienes voz de ser buena chica" "Si, es muy buena"

Bondad, bondad, bondad. Es algo que siempre parecía acompañarme. No solía tener ninguna opinión al respeto. Nunca hacía nada que pudiese dañar a otras personas, me guardaba mis comentarios, mis actos, mis pensamientos y mis sentimientos. Me dejaba arrastrar por lo deseos de otras personas, por sus caprichos. ¿Qué importaban los míos? Lo más importante es el bienestar de otras personas, por delante del mio propio. Por supuesto.
¿Qué hago hablando en pasado? Lo sigo haciendo. Pero hoy no tengo ganas de callarme. Hoy tengo ganas de hacer llegar lo que siento. El vacío del que estoy llena.


No sé si empezar nombrando lo sensible o lo insegura que soy. Empezaré mejor diciendo que siento un gran vacío por parte de la gente que cuesta mucho llenar. Se llena con pequeñas muestras de cariño e importancia. Y se vacían muy fácilmente con indiferencia y actos que afectan a mi prácticamente nula seguridad en mí misma. Verdaderamente no hace falta ser un genio para darse cuenta de esto. No hace falta conocerme mucho para que estas muestras de personalidad salgan a la luz.
Con lo poco que se me puede ofrecer para ser feliz solo puedo pensar que quien realiza los actos anteriormente nombrados los hace intencionadamente para hacerme daño.

¿Debería ahora callarme? Si, no puedo hacer daño a la gente. Pero ella tiene todo el derecho a hacerme daño a mí. Cometo todo el rato errores que son juzgados como muestra de lo poco que valgo. Al parecer en este mundo no se considera lo que yo siento, o no tiene importancia.

Cinco minutos de lágrimas no es lo mismo que una hora de estas. Pero yo no intento ganar nada con ellas, tampoco quiero usarlas como escudo. Que no se vean no significa que no existan. Que sonría no significa que mi alma no esté sangrando por dentro. Igualmente no cambiarían nada, lo que yo sienta no es valorado como algo de importancia.

Ahora de nuevo la indiferencia. Esa que me ha estado persiguiendo siempre. La de desconocidos no me importa. La de aquellos que estoy intentando conocer me importa bastante. La de mis amigos se siente como puñaladas. La de mis mejores amigos es indescriptible. Una aproximación... no sé si puede existir. Solo sé lo mucho que duele. Y que duramente puedo olvidarlo o vivir con ello.

Cosas de importancia. Cada día estas situaciones me llevan a pensar que yo no soy una de ellas. Cada vez más me siento como una carga innecesaria en la vida de los demás. Cada día más desearía desaparecer y dejar a los demás ser felices y libres.

¿Qué es para mí la soledad? Bueno, algo con lo que siempre he tenido que lidiar. Desde pequeña cuando era una niña tímida y solitaria. Desde más mayor siendo alguien a quien la gente no soportaba. Podría relacionar la soledad con el rechazo. Y el rechazo con mi inseguridad. Y mi inseguridad con lo poco que creo valer.
Existen más tipos de soledad en mí. Son los que llevo viviendo hace casi nueve años. Se llaman " hay alguien que podría estar contigo pero prefiere no hacerlo". Son los que a veces me ofrece mi familia, los que me ofrecieron la gente de Teruel y los que últimamente empiezo a sentir en otros contextos. Vaya, pensé que habían desaparecido. En fin, es mi destino. No puedo huir de ello sin más. No puedo deshacerme de algo que siempre ha estado viviendo conmigo.

¿Voy a mentir ahora? Diré cómo me siento. Débil, insegura, innecesaria, mala persona, odiada, peor que nada. Y creo merecérmelo todo. Si no valiese tan poco la gente no me daría estos tratos. Hay gente a mi alrededor que no los recibe, en cambio yo sí. Entonces, me lo merezco. Iré recibiendo poco a poco todo lo malo que me vayáis dando, porque vosotros así me hacéis ver el lugar al que pertenezco y de donde nunca debo salir. Ié recibiéndolo porque la felicidad es algo que no me merezco y algo que no debo mancillar. Sé que el destino me irá manteniendo a raya.
A todos aquellos que intentáis ayudarme, solo me queda agradecérselo. Por todo el esfuerzo. No sé hasta cuando podré soportar todo, pero sé que el día en el que todo acabe seré feliz y libre. Espero entonces no tener que derramar más lágrimas.

lunes, 26 de marzo de 2012

Llámala X y deja que su recuerdo se pierda

Todo empezó hace cuatro años. Yo tenía 14 e iba a 3º de la ESO. Ese año volvimos a cambiar de compañeros y empecé a salir con Mary. Al principio era la típica relación superficial, pero acabé formando parte de su vida al igual que ella de la mía.
Y así empecé a frecuentar a su gente. Especialmente me fijé en una chica que no me cayó nada bien. Podemos llamarla X. Cada vez que X salía yo prefería no ir. Parecía caerle mal, y encima no me respetaba, ya que no eran españolas tenían su lengua materna en común. Mary hablaba conmigo en español, pero X solo se dirigía a Mary en su lengua materna, haciendo imposible que yo puediese participar y haciéndome sentir fuera de lugar.

Pero no todo siguió así. Con el tiempo decidimos darnos una oportunidad y fuimos abriéndonos. Empezamos a salir las tres juntas, aunque esto solo ocurría cuando Mary así lo disponía. Yo y X nos llevabámos bien,pero no lo suficiente para salir solas y aún había mucha desconfianza.
Por aquel entonces yo tenía bastante relación con Y, prima de X. Un día fui a su casa y hablamos sobre Mary, sobre sus complejos y sus miedos. No era un tema fácil, las dos dijimos muchas cosas, lo que nos colocó a las dos en la misma posición.
Pero ella decidió jugar, por lo que le dijo todo lo que yo le había dicho a su prima,X, que fue corriendo a contárselo a Mary. Hablé con Mary, le pedí perdón y me arrepentí. X e Y tomaron sin embargo otra postura. Se pusieron totalmente en mi contra e hicieron elegir a Mary entre ellas y yo. Me eligió a mí.
Empezamos 4º de la ESO. Perdí el contacto entre X e Y, aunque coincidimos con Y en la misma clase. Mary y ella empezaron a hablar y arreglaron sus diferencias. Yo lo toleré pero me mantuve en mi posición, después de lo que me había hecho no quería tener nada que ver con ella. El tiempo fue pasando, hasta que un día X se puso en contacto conmigo. Me pedía perdón por haberme juzgado tan pronto y quería hacer las paces conmigo. Dejé mi rencor de lado y las tres volvimos a ser amigas.
Todo volvió como al principio. Las tres salíamos, pero nuestra relación giraba siempre en torno a Mary.
Un día en clase Mary me dio una carta. “¿Es tuya?” le dije. Ella me lo afirmó, por lo que la abrí. En ella Y me pedía perdón y quería que volviésemos a ser amigas. Me levanté y la tiré a la basura. No lo entendía, ¿por qué quería ella esto? ¿Conveniencia? Aún guardaba rencor, pero la carta me hizo recapacitar, hasta que de nuevo la benevolencia pudo conmigo y acabé perdonándola.
Ahora todo parecía ir bien, todas estábamos en paz de nuevo, aunque algunas cosas fueran solo en apariencia. X y yo empezamos poco a poco a salir solas, conociéndonos más.

Al fin del curso todo dió un giro. Mary nos anunció que se iba de vuelta. En ese momento parecía muy seguro, nos acercamos todas un poco más y nuestras emociones salieron a flote. Finalmente resultó que solo se iba de vacaciones. Un verano por delante sin ella, solo con la compañía de X. Pero ahora parecíamos llevarnos mucho mejor.
Cuando acabamos las clases nuestros caminos parecían separarse. Yo quería hacer el Bachillerato de Arte. Me apasionaba dibujar y pintar, en los típicos tests me salía todo favorable a mi decisión y eso me empujó aún más . Eso significaba que yo haría el bachillerato artístico y Mary el de Sociales. X planeaba hacer también el de Sociales, por lo que Mary y ella estarían juntas en clase.
Pero no todo ocurrió como planeó. En el instituto al que X quería ir le pedían las notas, y ella que había ido a la recuperación no las tenía, por lo que no podría matricularse a tiempo, y las plazas eran muy escasas. Un día quedamos para ir a matricularnos, las dos juntas, cada una a lo suyo, pero X, en un ataque de rabia ante la imposibilidad de poder hacer el bachiller que quería se matriculó también en la Ecuela de Arte. Por una lado me alegraba poder tenerla conmigo, pero por otro sabía que no era lo que quería ni lo más apropiado para ella, por lo que no podría salir bien.




Decidimos irnos a mi pueblo. En principio era un plan enfocado a las tres, pero ya que Mary no podía estar presente lo hicimos las dos solas. Eso nos acercó mucho más si cabe, y empezamos incluso a escribir una novela conjuntamente.
Parecí encontrar entonces a la amiga perfecta. Asemejaba comprenderme en todo, estaba dispuesta a escucharme, no tenía miedo de enseñarme lo que sentía y nos ayudábamos mutuamente en todo lo que podíamos. Nuestra confianza en nosotras creció tanto en tan poco tiempo que parecía algo irreal, pero ahí estaba. Era como si la conociese de toda la vida, y eso que hacía unos meses la aborrecía.
Volvimos de mi pueblo. Ya teníamos proyectos en mente, aparte de estar todos los días juntas. Piscina, parque, monte,río, estar juntas en casa...Y cuando llegaba la noche, internet o teléfono. No había ni un día en el que no nos mantuviésemos en contacto, no había nada que hiciese una que no supiese la otra.

Cuando finalizó el verano era ya como si fuésemos hermanas. Así ella me consideraba, y su padre incluso me denominaba así. Mary volvió, pero ya no era igual. La complicidad entre X y yo era demasiado fuerte.

Empezamos las clases. Yo tenía en mente que ya no necesitaba nada más, ya tenía a mi mejor amiga de mi lado, y por lo tanto nada podría ir mal. Formamos una burbuja donde solo dejamos entrar a dos chicas más. Una de ellas fue Polish.

No sé que pudo con nosotras pero empezamos a salirnos de contexto. Nada parecía importarnos, empezamos a actuar sin pensar hasta que las consecuencias empezaron a venir. Nos solo nos aislamos de toda la clase, también empezamos a querer diferenciarnos de ese grupo. Al final todo explotó, y empezó la guerra entre ambos bandos. Podría decirse que éramos Polish, X y yo contra todos. La otra chica decidió mantenerse al margen. A parte de nosotras, otra chica decidió unirse.

Llegaron las cenas de la 2º evaluación. Para entonces ya nos habíamos insultado indirectamente y ofendido entre ambos lados. Nosotras usábamos esos insultos para autodenominarnos. Esa noche montamos un poco más de follón, pero eso nos sirvió para tener el mote definitivo “FFF” que vendría a ser furcias, frikis y feas, que era lo que nos iban llamando a lo largo de este periodo. La relación con los compañeros se suavizó cuando el primer curso acabó, ya que Polish y yo hablamos con todo el conjunto, aunque en segundo continuaron habiendo tensiones y nunca llegamos a llevarnos bien, pero eso es otra historia.

La clase la tomó sobre todo con X. Incluso llegaron a subir una foto para meterse con ella. En vez de actuar de un modo apropiado se metió en la conversación, metiendo cizaña. Quise ayudarla, pero me lo negó de una forma muy rotunda. Parecía disfrutar cargándolo todo.

Desde nunca nuestra amistad había sido algo fácil. Las dos teníamos problemas, que sabíamos y compartíamos. La tensión que había en su familia finalmente había estallado, pero ella nunca reconoció que le afectaba. Simplemente parecía darle igual, seguía haciendo las mismas cosas e incluso afirmaba sentirse mucho mejor entonces. No vi motivos para no creeerla, ella me lo contaba todo y me lo confiaba todo, por lo que aunque a veces lo dudé, acabé creyéndola.

Respecto al transcurso, las cosas eran diferentes entre ambas. Filosofía y dibujo técnico fueron las que más costaban. Conseguimos aprobar finalmente filosofía y yo pasé dibujo técnico. Ella prometió estudiar en verano para aprobarlo. En las demás cosas iba justa, pero tampoco pretendía hacer nada para mejorarlo.

A lo largo de este año empecé a notar cómo cambiaba. En primer lugar, discutió con Mary por una estupidez, lo que le costó su amistad, que a día de hoy sigue sin arreglarse, todo por orgullo. En segundo lugar, supongo que fue la envidia lo que la movió, les contó a sus tíos, los padres de Y, todas las cosas que hacía Y,su prima. Les contó que fumaba, que decía ir a dormir a casa de una amiga y salía por ahí de fiesta...parece una tontería pero hace un par de años, y siendo los padres de Y tan conservadores, fue un duro golpe para Y, que quedó destrozada. Me coloqué en una posición neutral, pero verdaderamente me impactó lo que fue capaz de hacer a alguien de su propia familia, aunque más tarde se arrepintiese. En tercer lugar...vivía delante de una pantalla la mayor parte del día. Empezó a parar de salir por estar conectada con metroflog, tuenti.. y posteriormente el twitter. Si sabéis el tiempo que paso yo, puedo decir con completa seguridad que ella pasaba más del triple del tiempo que yo delante del ordenador. Siempre que iba a su casa era como si fuese un mueble. Al principio se cortaba, o intentaba incluirme. Luego se cansó y empezó a ignorar completamente mi presencia. Hablé con ella, más de una vez. Yo era su amiga real, y la gente que había en el ordenador era gente virtual que difícilmente conocería, que tal vez un día se cansase de ellos, o ellos de ella y se perdería, pero ella ignoraba mis palabras, se enfadaba y continuaba. En cuarto lugar, ignoraba completamente su obligación, que era la de estudiar. Prefería dedicar su tiempo a otras cosas, ya mencionadas.

El curso acabó. Ella se fue de vacaciones, el verano completo, a su país. Yo me quedé en Teruel, aunque fui dos semanas a Santiago.

Ya que mi mundo se había reducido a X, pasé prácticamente el verano sola, esperando su regreso y hablando con ella a través de internet. Tras los últimos acontecimientos yo la necesitaba, pero no estaba. El único consejo que me dio fue uno que muy posteriormente descubrí que no pensaba.

Tras la vuelta a clase, se acercaba nuestro último año juntas. Mi idea en un principio era ir de vuelta a Galicia. Dudaba entre Historia del Arte en Santiago o Bellas Artes en Vigo. Ella quería filología inglesa. Rápidamente me di cuenta de que no podría llevar a cabo mis planes, por lo que una idea se asomó por mi mente. Parecía imposible, pero igualmente la sugerí. Se trataba de ir a estudiar y vivir las tres juntas(X,Polish y yo) a Zaragoza. Ellas estuvieron de acuerdo. Era una idea que empezó a obsesionarnos, incluso.

X y yo empezamos un cursillo sobre edición de imágenes. Teníamos toda la mañana ocupada, y después cinco horas más de cursillo por la tarde, durante tres meses. Tras acabar el cursillo, ya por la noche, volvía a casa y hacía los deberes, aparte de estudiar. Tenía una idea en mente y haría todo lo que cupiese en mi mano para conseguirlo.
Ella en cambio no se lo tomó tan en serio. Aparte de faltar a algunas clases, aunque luego mentía firmando como si hubiese estado allí, pasaba de estudiar y se pasaba las tardes delante de la pantalla. El final de la evaluación llegaba, y con ella los supensos. Le ayudaba en todo lo que podía en los estudios y en su vida, y ella a cambio descargaba sus fracasos conmigo.
El fin de la primera evaluación llegó, y como era de esperar, los suspensos. Era un duro golpe para todas, pero prometimos esforzarnos más.
Recuerdo una tarde cercana a las navidades. Fuimos a una tienda de regalos, y yo quedé maravillada por un Doraemon gigante. Ya tenía uno pequeñio, regalado por ella también, pero aquel me maravilló. "¡Regálamelo!" me acuerdo que dije, aunque ella me respondió con una gran negativa. Para su regalo yo quería algo especial. Algo único que nadie más pudiese darle o pudiese tener. Compré un lienzo y me puse a trabajar en ello, en una de sus fotos favoritas en la que estábamos juntas. No recuerdo cuánto me costó. Sé que fue un proceso lento primero con lápiz, intentando que todas las líneas quedasen perfectas. Perfectas como nuestra amistad. Recuerdo luego pintar con témperas cada detalle y posteriormente pintar el fondo en rojo, su color favorito, y aplicar purpurina por él. Cuando lo acabé escribí por el revés lo mucho que significaba nuestra amistad para mí y lo mucho que la quería. Fue algo en lo que volqué todo lo que podía hacer, algo único, y me sentía profundamente orgullosa de ese regalo.
Las fechas señaladas llegaron. Ella me regaló el Doraemon que tanto me había ilusionado. Yo le di el lienzo que tanto me había costado, que colgó inmediatamente en su habitación. Aquellas navidades las pasamos juntas como era ya nuestra costumbre. Siempre solo nosotras, no necesitábamos más.

El tiempo siguió pasando y volvimos a clase tras navidad. Pero todo continuaba igual. Ella seguía teniendo sus problemas, que la arrastraban a cualquier lugar. Lo peor es que no quería afrontarlos, se escondía tras una pantalla intentando ignorar lo que le decía el mundo. Era mi mejor amiga y no podía ver eso. Su situación me arrastró a mí, y acabé viviendo lo mismo que ella. Sentía el dolor y la impotencia de no poder ayudarla, de que no me dejase, de no lograrlo, de que todo siguiese igual. Me comía la cabeza todos los días con sus problemas, los míos y todo lo que me iba llegando. Tenía tanta presión que ya no sabía qué hacer. La gente a mi alrededor intentaba tranquilizarme, hacerme ver que no era mi problema, pero yo seguía sintiéndolo como si fuese mío.
Mi relación con Polish mejoró. Ante las negativas de X de salir, empezamos a salir nosotras dos solas, y fui viendo lo mucho que tenía, su alegría me contagiaba y sus ánimos por hacer cualquier cosa eran admirables. Era asombrosamente semejante a mí.

En clase todo parecía ir bien, al menos para Polish y para mí. En cambio X no venía a clase, no hacía los trabajos, se ausentaba durante exámenes importantes...Recuerdo claramente la tarde en la que incluso llegué a hacerle un trabajo de diseño.

Nueve faltas al mes. Ese era el límite. Ella llegó a tener muchas más, durante más de tres meses, lo que le hizo perder la evaluación continua. Podía seguir viniendo a clase y aprobar al final, cosa que dijo que haría.

Entonces, de un día tras otro, ocurrió todo. Fui un día a clase, donde no la encontré. Una compañera de clase a la que las dos estábamos(podría decirse) unidas, me dijo que ya no iba a venir más. Todo se me nubló. "¡¿Qué?! No" me dije. Teníamos una promesa, teníamos un sueño. ¿Pensaba rendirse sin luchar siquiera? ¿Después de todo lo que habíamos pasado? Me negué a admitirlo y en el recreo fuimos a su casa, que estaba relativamente cerca.
-¿Por qué te vas?
-Porque ya no puedo más.
-¿Por qué ni siquiera me lo dijiste? ¿Por qué fui la última en enterarme?
+Porque ya sabía lo que ibas a decir.

Me quedé sin palabras. Echaba todo lo que habíamos creado a la basura. Yo tenía claro que quería ir a la universidad, no me iba a quedar aquí un año más por capricho suyo. Y ella era mi mejor amiga, no podía dejarla atrás. Las dos queríamos irnos, vivir juntas, ¿por qué estaba haciendo esto? ¿cómo lo íbamos a conseguir si no?

Mi mente pasaba de un estado a otro. Tenía ganas de gritarle y llorar, pero no lo hice. En lugar de eso, me callé. Tomé una decisión. En esos momentos no tenía nada bueno que decirle, por lo que no dije nada. Cuando estuviese preparada, cuando llegase el momento en el que pudiese hablarle sin echarle nada en cara, lo haría. Pero no entonces. Sabía que si hablaba con ella no sería para decirle nada bueno.
Y así lo hice. Ella, sin embargo, tomó ese silencio como un ataque. Fue cuando pude ver su verdadera cara. Empezó a atacarnos vía tuenti, vía twitter, Polish incluida en esos ataques. En ellos se podían ver claramente sus pensamientos, lo que de verdad opinaba sobre nosotras. Nos llamaba malas amigas, por no comprenderla. Bueno, en realidad nos recriminaba no pensar como ella y no pensar que su decisión de dejar las clases era lo mejor para ella.
Al final respodí a sus acusaciones diciéndole que yo tenía mi propia manera de pensar, y que no, no me parecía buena decisión, y le comenté además que ahora mismo no estaba en condiciones de poder hablarle. Ella siguió atacando, hasta el punto de enviarme un mensaje privado que me hizo reconsiderar seriamente si pasar por todo lo que había pasado y seguir pasando por más, valía la pena.

"23 Mar 2011, 15:44
estoy hasta los cojones de todo.... ya no agunato,, si kieres entenedrme vale y si no tamb... ya no voy a llorar, y ano voy a preocuparme x nada y x nadie, me da igual ke me convierta en una gilipollas oslitaria y ano paso ninguna,,, ya no kiero internet EESTOY HATS LOS PUTOS COJONES DE TODA LA GENTE QUE TODOS ME HACEN DAÑO”




No pude aguantar más la presión. ¿Por qué ahora me ataca de esa manera? ¿Se creía que estaba resultando fácil para mí? Si de verdad quería estar sola , no sería yo la que la retuviese. Ya estaba demasiado cansada para pedir perdón como otras veces, de seguir haciendo lo que ella quisiese, de que me siguiese manejando.
Tras unos mensajes privados más, en los que me seguía atacando y haciéndose la víctima, decidí borrarla del tuenti y bloquearla. No necesitaba que me enviase más mensajes ni ver sus estados en los que parecía que le habían tratado muy mal. Además de eso, movida por la rabia, borré todas las fotos que tenía con ella del tuenti. Realmente, muchas. Tras una temporada de calma, una compañera me dijo una mañana "X rompió tus fotos". "Bueno, yo también borré las suyas", contesté. "No, ella rompió las fotos impresas. Y lo subió al facebook". ¿De verdad? No podía creérmelo. ¿Había sido capaz de algo como eso? La compañera me lo enseñó en el recreo.

Cientos de fotos de las que antes estábamos tan orgullosas de tener impresas, estaban rotas en cientos de añicos. Al lado de toda esa montonada de papel roto se encontraba el lienzo, desgarrado también, las maderas rotas, desperdigadas por todas partes. En ese momento no pude decir nada, todo me resultaba un poco indiferente. Pero a la vez, justo en ese preciso instante, supe que nunca jamás volveríamos a ser amigas.


Ahora que ya pasó un año me replanteo que fue para mí. Por un lado me ayudó a desahogarme, era una persona a la que le podía decir cualquier cosa, aparentemente, la persona en la que más podía confiar.
Pero luego está el lado egoísta, hacer lo que ella quería cuando ella quería, querer tener siempre razón, pensar que todo lo que hace es correcto. El lado envidioso, el de intentar que todo lo que ella no tenía, no lo tuviese yo. El de querer todo lo que yo tenía. El de meterse con las cosas importantes para mí, el de reírse de mí, el de destruirme poco a poco.
En el fondo todo lo que pudo darme bueno, se queda en nada con todo lo malo que al final me dio. Toda la confianza que le di se convirtió ahora en desconfianza hacia todo el mundo que me rodea, gente que puede ser digna de confianza. Todo ese cariño que le di se convirtió en dudar del cariño de la gente que me rodea. ¿No era yo su hermana? E igualmente le dio igual perderme. Entonces eso significa que a esta gente que está aquí conmigo tampoco le importaría mucho perderme. Inseguridad, dudas, odio, dudar de cualquier proyecto de futuro... al final todo eso fue lo que me quedó de esos años. Me alegro de haber tomado la decisión de seguir sin ella. Es cierto que a veces me siento mal y me duele no haber podido ayudarla, pero para que te rescaten, debes tener la voluntad de ser salvado.

miércoles, 21 de marzo de 2012

¿Cómo puedo lograrlo..?



Lo tienes en las manos. ¿Lo sientes? No.
Abre los ojos. Los tengo abiertos. ¿Lo ves? No.
Escucha con atención. Sigo sin oír nada. ¿En serio no lo oyes? No.
Pruébalo. No, sigue sin saberme a nada.
¿Percibes su esencia? No, no lo hago.

Entonces, ¿Qués lo que sientes? Lo que la gente me hace llegar.
No hay vacío en sus actos. ¿Lo sabes? Sí, lo sé.
¿Y entonces? Sigo sin entenderlo.
Simplemente no llega a mí.




sábado, 17 de marzo de 2012

Detrás de ti



Últimamente estuve recapacitando. Las personas que suelo considerar más importantes para mí, siempre solían tener una pantalla delante de su mirada. Desde una pequeña consola hasta llegar a la pantalla del ordenador, pasando por pantallas de móvil y televisión.
Al principio era algo que me resultaba indiferente. Luego empezó a molestarme. Está llegando el punto en el que no puedo soportarlo.

¿Por qué lo hacen si estoy a su lado? No hay muchas respuestas posibles. Lo que están haciendo es más importante que yo. Valgo tan poco que no merezco que gasten el tiempo conmigo. Se aburren tanto conmigo que necesitan una distracción.

La situación empeora cuando personas que deberían aprovechar el poco tiempo que me ven estando contigo se dedican a pasar horas y horas delante de esa pantalla. Todo el rato lo mismo. Todo el rato lo mismo. Pero aún así es más importante que yo. ¿Tan poco valgo? Gracias por hacérmelo ver así. Será la única forma en que lo vea.

No tengo ganas de comerme la cabeza con esto. Solo quiero hacer llegar algo.

Si de verdad te importo, retira la pantalla y mírame.


jueves, 15 de marzo de 2012

¿Hasta cuándo?

Camino por la calle de noche y pienso en la fragilidad de la vida. Pienso en aquellas personas que como yo que salen todos los días de casa sin pensar que algo les vaya a pasar. "A mí nunca me pasaría algo como eso". Creo que ese es el típico pensamiento que a todos se nos ha pasado alguna vez por la mente.
¿Cuál es la fina línea que nos separa de un trágico destino? ¿Quién decide que llegarás o volverás?

No sé hasta qué punto debo temer. Camino sin preocupaciones. Tal vez no debería meterme por esa calle pero no hay nadie. Tal vez si hubiese ido por la otra algo podría haber ocurrido.

Y me paro a pensar en que debo de estar haciendo algo bien. De momento puedo decir que sigo viva. Pero..¿Hasta cuándo? Todos tenemos un final. Si la tragedia no te aborda lo hará el tiempo.

¿Puede ser que el destino nos tenga algo preparado? Tal vez algunas personas estén destinadas a sufrir durante mucho tiempo levemente. Posiblemente a otras se les entregue un sufrimiento corto e intenso. Habrá también algunas que no lo conozcan nunca en primera persona.

"Ten cuidado". Es algo que pocas veces me repito. Tal vez mi instinto me dirige y por eso no tengo miedo, ya que es el único en el que puedo confiar.


No creo que siempre tenga tanta suerte. Tal vez un día camine sonriendo tranquilamente, tarareando mentalmente la música de mi mp3 y algo ocurra. Ese día acabaría con todo. Es importante por ello que lo último que hagas, lo último que digas, deje al menos un buen sabor. Es mejor despedirse siempre como si fuese la última vez.




miércoles, 14 de marzo de 2012

¿Otra vez?


¿Ya estás aquí?
Realmente no te había echado de menos. Verdaderamente estaba mejor sin ti. Aunque siempre me hayas acompañado no te necesito. Eres una carga en mi vida, siempre lo fuiste y lo seguirás siendo. Son los momentos en los que no estás en los que más disfruto.


No espero que lo entiendas, pero los hechos hablan por si solos. ¿Me has dado algo bueno? No creo que lo hagas, pero desaparece. Deja de meterte de una vez en mi vida.

sábado, 10 de marzo de 2012

Frío


No me suele ocurrir. Olvidé las llaves. O tal vez las llaves me olvidaron a mí. Tal vez este lugar no me reconoce como suyo. O quizás yo no reconozca este como mi sitio. Hace frío. ¿De verdad quiero entrar?¿ De verdad deseo volver al cálido y superficial hogar?
¿Cómo puedo saber que no fue el destino el que me empujó a olvidar las llaves? Podría estarme indicando que es hora de irme, de no volver a mirar atrás.
Ahora dudo de que el calor que sentí fuera realmente real. Dudo que el frío que siento ahora no sea solo un sentimiento que intenta reemplazar el vacío.
¿Volver a casa me traerá de nuevo calor? Estando aquí sentada, sin las llaves, me hace reflexionar. Cada vez lo dudo más.
Si, realmente debería levantarme. Ya no las puedo recuperar, se quedaron dentro.

martes, 6 de marzo de 2012

Calla

En esos escasos momentos en los que no se necesita hablar para hacer llegar lo que se piensa, no digas nada. Son demasiadas las palabras sin sentido que no nos llevan a ningún lugar. Son excesivas las palabras que nos hacen retroceder. Sobran aquellas que hacen que nos distanciemos. Nunca deberían pronunciarse las que están destinadas a que nos odiemos. ¿Cómo es posible que nos cuente tanto callarnos? ¿No son siempre los hechos los que acaban expresando más que los sonidos que emitimos? Porque en el fondo no son más que sonidos, solo aproximaciones de lo que cada uno de nosotros pensamos. Nadie percibirá nunca de la misma forma. Nunca una palabra podrá verse de la misma forma entre personas diferentes. Nunca nuestras palabras podrán verdaderamente decir lo que sentimos. Vale la pena decirlo una vez, dejar constancia. Es necesario demostrarlo mil veces.

Es una pérdida de tiempo que me digas que me quieres si no me conoces, pero a la vez es la señal que el destino me da para que no confíe en ti. Aunque no quieras es lo que dices lo que calificará nuestro destino. Poco importa cómo seas, tus intenciones o de dónde vengas. Deja que fluyan, dime la verdad, miénteme... al final será tu mirada quien me diga qué quieres.

¿Para qué romper entonces el tan breve silencio?
Y lo más importante...¿ por qué dejas que siga preguntándome esto? Bésame, pégame, vete y no vuelvas...pero cállame.




sábado, 3 de marzo de 2012

A punto de nieve

Hace ya unas semanas que empecé a ver semejanzas entre las relaciones de las personas y la cocina. Existen reglas que seguir, pero al final es la intuición, los sentido, la carencia de algo o la diferencia de tus instrumentos lo que te lleva a que tu receta sea diferente.

Dependiendo de lo que pretendas conseguir el proceso tendrá más o menos dificultad. Depende también de tu gusto lo que quieras hacer. Si no te gustan los huevos es poco probable que hagas una tortilla. Pero tal vez llegues a hacerla un día en el que te la pidan. Es probable que la comas. Incluso puede que algún día cambies y te encanten las tortillas.

Lo más difícil son las recetas elaboradas. Estás acostumbrado a verlas y un día decides probar a hacerlas tú también. En esa receta por un casual puede que te pidan que lleves algo a punto de nieve. Alguien novato tiene varias opciones: Lo intentará, le costará pero lo hará; lo intentará, lo llevará muy lejos pero no lo conseguirá; empezará a hacerlo pero se hartará enseguida; se rendirá inmediatamente sin intentarlo o tal vez una última persona pida ayuda.


Salga como salga habrá diferentes comportamientos respecto a su obra. Algunos la probarán y querrán más, otros la probarán pero no les gustará, les parecerá demasiado empalagoso o no les convencerá del todo, otros ni se dignarán en probarla por el olor o por la imagen. Otros no la probarán para darla en beneficio de otra persona, aunque les encantaría quedársela. Existen miles y miles de opciones.


Bon appétit

viernes, 2 de marzo de 2012

Lina







" La última vez que estuvimos juntos te dije que no todo es un camino de rosas y te lo volveré a repetir todas las veces que haga falta. Yo más que nadie sé lo mal que lo has pasado ya que he vivido contigo 13 años con todas sus cosas buenas y sus cosas malas. Hay cosas que pasan y que no podemos hacer nada pero hay otras que si podemos cambiarlas. Creo que debes seguir adelante sin que te importe lo que piense la gente. Tienes una madre maravillosa que se preocupa por ti y por lo que veo en Zaragoza tienes unos amigos increíbles que espero conocer en poco tiempo. Deja de quejarte, no vale la pena, no pretendas gustarle a todo el mundo, nunca lo conseguirás. Con todo esto quiero hacerte ver que después de todo lo que ha pasado me sigo preocupando por ti y que no se te llegue a pasar por la cabeza que no lo hago. Has prometido dedicarme una entrada pero antes te voy a dedicar yo aquí un cachito para que leas cuando a ti te apetezca.
Tres niños, no les hacía falta casi nada. Llegan las navidades y a uno de ellos le regalan un futbolín, caso que le hacen al futbolín, 0. Con que se divierten los tres? Con la propia caja del futbolín. Si señor, con la caja del futbolín. Los padres no daban crédito de como podíamos ser tan parvos. Pero esos tres niños eran felices con un simple cacho de cartón.
Un cumpleaños, un gran cumpleaños. Un grupo de niños juegan en el parque de la almaciga a escapar de su tio/padre mientras él de broma intenta darles con el cinturón corriendo detrás de ellos. No sé muy bien quien era más niño, si él o nosotros pero ese fue un grandísimo día.
Tener un ejercito de tortugas y ponerles nombres muy curiosos.
Yo también me acuerdo de la fuente en el medio del monte. Ese sitio tan increíble. De hacer los sándwiches de nocilla y meter botellas de zumo y de agua. Tú con tu peluche, lia??? Y con las mochilas con todos los juguetes y tu hermano con la bici. Llegábamos agotados , tus coloretes eran increíbles pero llegar allí y estar solos en aquella sombra y taponar aquella fuente para hacer una piscina para los muñecos... en ese momento era lo más divertido y nos lo pasábamos en grande horas y horas. Muchas veces pienso en aquellos días y pagaría por volver a ellos, todo era tan fácil, tan simple.
Con todas estas cosas quiero decirte que te quedes con todo lo bueno, que no importa las cosas que hayamos hecho cuando teníamos 10 años, éramos niños y no se nos tiene en cuenta y te lo diré también todas las veces que haga falta. No quiero que le des vueltas a todo lo que tú y yo sabemos. Por que ambos sabemos que lo haces. No quiero que en ningún momento pienses que aquí no se te quiere por que estás muy equivocada y menos siendo hija de quien eres. Sabes quien era para mi y que nunca dejaré que te pasé nada mientras yo pueda arreglarlo. Es difícil dada la situación pero es no significa nada, cuentas conmigo en todo. Creo que me estoy pasando demostrando cariño dado que ni tú ni yo somos así pero creo que una vez en la vida no hace daño y que lo tienes bien merecido. Siéntete orgullosa de ser quien eres y no dejes que los prejuicios te jueguen malas pasadas por que yo te he visto crecer y te has convertido en una gran mujer. La gente que no pueda ver eso, no merece la pena. Haz que eso entre en tu cabeza. Espero que no tengas ninguna duda de que siempre serás mi Rosanus y yo siempre seré tu Lina. ( Me ha quedado super cutre ;) ).
Te quiero, nunca lo dudes."



No sabía qué era lo que necesitaba hasta que leí estas palabras. Hay muchas cosas que van pasando, pero pocas que se quedan. De las cosas que nunca se puedes olvidar ni dejar pasar es el recuerdo de esa persona que era y es tanto para mí, Lina.

Desde que recuerdo siempre estuvo ahí, siempre. Casi siempre rozando la línea entre primo o hermano. Primo por sangre, hermano por todo lo que me has dado. Entre nosotros, y ya sé que está mal decirlo, pero no me puedo callar nada, lo fuiste más hermano que Darío.

Y es que siempre fue así. No sólo me cuidaste, también me enseñaste muchas cosas, y sigues haciéndolo aún a día de hoy. No puedo hablar de los días en los que era feliz sin nombrarte. No puedo hacerme trenzas (por una extraña razón me las hago muchas veces) sin recordar el día en las que me enseñaste a hacerlas. Y me siento muy orgullosa de decir que fuiste tú el que me enseñó. También me siento orgullosa de pensar todo lo que hacías conmigo. Nadie más que no hubiera sido tú me hubiese hecho nunca mejor compañía. No era solo jugar, era todo la confianza y admiración que sentía por mi primo. Era ver lo alegre, lo carismático, lo atrevido, el carácter y en resumen, todo lo grande que eras,lo que me hacía querer ser algún día como él. Porque él no era un niño que necesitase todos los caprichos del mundo.

Yo también me acuerdo de la caja de cartón, más claramente que del futbolín, que creo que rompimos. Por supuesto me acuerdo del día de mi cumpleaños, en el parque. Creo que cumplí 7 u 8 años. Recuerdo también cuando íbamos a la playa y jugábamos al monstruo de arena. Nosotros éramos los que lanzábamos algas. Recuerdo las piscinas de Sar, cuando intentabas enseñarme a nadar. Recuerdo cuando te metías con Darío y te ibas corriendo a donde cubría porque tenía miedo de meterse. Recuerdo tu risa, tan contagiosa y pillina. Recuerdo lo mucho que te gustaba subirte al Saltamontes en ferias. También cuando grabábamos entre los tres la canción de Shinchan, y yo decía “troupa” en vez de “trompa”, lo que hacía que os estropease toda la canción. No podré tampoco olvidar las bodas de las Bratz. Todas están guardadas en cajas hoy, hasta que algún día, si tengo, se las pueda dar a mi hija, y tu puedas enseñarle a hacer trenzas y a casarlas. Hay cientos y cientos de recuerdos, cada uno con algo especial e inolvidable. Sé que ahora todo eso quedó muy atrás, pero es algo que me hizo ser hoy quien soy. Lina es alguien que sigue apoyándome aún habiendo cometido errores que otras personas no hubieran pasado de largo. Todo eso dice mucho de él. Dice que es una persona muy especial, que es capaz de perdonarte aún habiéndole hecho daño. Lo primero fue irme sin despedirme de ti. En ese momento no pensé que no iba a volver a verte hasta después de muchos años. No sabía qué pasaba. Cuando estuve aquí aún tenía la conciencia de que volvería en verano. Ya sabes que fue lo siguiente. Un comportamiento infantil del que me sigo arrepintiendo. Sé que no fue tu culpa y me porte mal, e intento pensar más las cosas antes de hacerlas, aunque sigue siendo mi tarea pendiente.


Tal vez no te esté diciendo mucho, pero tengo el defecto de no saber qué decir cuando hay demasiadas cosas que hacer llegar. Yo también sé que esto no se acabó aún y aún nos queda algún que otro momento del futuro que compartir, porque somos familia y eso es algo que nunca podrá acabar. Siempre me sentiré orgullosa de decir que tengo el mejor primo del mundo, y que te quiero como a un hermano.


Si puedo añadir algo más, diré que se llamaba Liu.

miércoles, 29 de febrero de 2012

Tiempo de espera


A veces es mejor tomarse las cosas con calma, y simplemente esperar...esperar... a que ocurra algo.

sábado, 25 de febrero de 2012

Tardes perdidas



Ahora que estoy en Teruel, vuelvo a mis antiguas costumbres. Consumirme en mi habitación pensando en todo lo malo que esta ciudad me ha dado. Salgo a la calle y todo está lleno de recuerdos. Demasiado pequeño. Doy paseos y de vez en cuando me encuentro con antiguas amistades. Algunos se dignan a saludar. Otros ignoran que existo, otros apartan la mirada. Yo clavo mi mirada en ellos, esperando su reacción. Algunos incluso me sorprenden. Casi siempre negativamente.

En fin, ¿qué se puede esperar? Ahora me doy cuenta de que mi actitud nunca fue acertada, pero de aquellas no era más que una niña asustada que no entendía lo que ocurría a su alrededor e intentaba protegerse de todo el mundo para que no le volviesen a hacer daño.

Aún con todo siempre que vuelvo es como si aquella Rosana volviese, reclamando su presencia. Es más fuerte que yo y no puedo negarle que se quede. Lo único que puedo pedir es que mi estancia aquí no dure mucho.

Ni ahora ni nunca

Intentaré ser alguien que no soy para contentar a otra persona.

viernes, 24 de febrero de 2012

Es normal quejarse.



Ya me había pasado otras veces pero hoy decidí quejarme. Entro en una tienda, veo una camisa que me gusta, me lo voy a probar pero no me sirve. Estrecho por arriba,bien por abajo. Busco otra talla: bien por arriba,floja por abajo. No solo con las camisas. Me encantan los corsés, pero no me los puedo poner porque no doy con la talla apropiada. Las americanas tampoco me suelen quedar bien, ylo mismo ocurre con algunos abrigos y chaquetas.

Suele atribuirse un pecho grande a chicas con tallas superiores a las mías, y por lo tanto todo lo que me podría servir me queda grande. Esto hace que no pueda ponerme muchas de las cosas que me gustan o que no me sienta cómoda con ellas.

Es un poco indignante que haya tallas especiales, tanto XS como XL, y que no hagan ropa para chicas de talla mediana que tengan un busto un poco superior a la media. Incluso pasa con la ropa interior. Desde poder encontrar un bikini apropiado, que siempre ha de ser comprado por piezas separadas a la poca oferta de sujetadores de copas diferentes a la convencionales.

Todo esto lleva a que sea un auténtico reto poder vestir como quieras, y a sentir cierta discriminación, y a llevarte a pensar que deberías ser como las demás, que no hay sitio para las chicas diferentes.

Es increíble


Que algo que aparentemente es tan insignificante pueda aportar tanto.